Mudanza

Story by Alfred Sherford on SoFurry

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#6 of El Lobo guardian


Sexta parte. No pensé que fuera a ser tan reconocido. De hecho no pensé llegar hasta aquí. Pero agradezco a todos los que me han seguido a través de estos meses. Lo que comenzó como una simple historia que no duraría mas de tres capítulos, ahora es para mi un largo proyecto que me mantendrá frente a mi teclado por un largo tiempo. De nuevo gracias. No pongo advertencias pues ya no las veo necesarias. Ahora, esta es una historia muy corta, quiza demasiado, pues no ocurrieron eventos sumamente relevantes. Tómenla como un pequeño puente hacía la siguiente.

Mi tigrecito amado, te agradezco por toda la inspiración y la fortaleza que cada día me das para seguir adelante con este y mis otros proyectos. Eres lo único que me mantiene con vida. Te dedico esta historia, que espero sea de tu agrado, pues así veo nuestro futuro, excepto el final. Te amo James.

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El tiempo fue pasando, dos meses para ser exactos. Mis padres cumplieron su promesa. Dejaron el trabajo de abogados y siguieron trabajando junto a los padres de James. Pasábamos juntos todos los fines de semanas. Por sorprendente que parezca, ambos tomaron bien el tener que despedirse de tantos lujos, algo poco usual. También vi que su relación como pareja mejoro súbitamente, pues pasaban mas tiempo juntos cuando yo no estaba.

Los padres de James también cambiaron mucho. Con ayuda de mis padres, y de algo de dinero que ganábamos en el bar, obtuvieron el dinero necesario y lograron abrir otra panadería en el centro de la ciudad, de la cual nos hacemos cargo Frank, Sam, Daniel, Charlie, James y yo. No es tan difícil como pensé: nos asignamos turnos, vamos después de clases, nos la pasamos jugando. Pero nos va bien, y nos tiene que ir bien, de ahí sacamos nuestro dinero. Además, planean tener otro hijo. A James la idea de poder tener un hermano le cayo esplendida.

Frank logro por fin entrar en una escuela de actuación, pero no nos dijo precisamente donde. Daniel y Sam por fin aceptaron su relación como pareja ante el público. Les importo poco lo que pensaran de ellos, se amaban, y eso es lo que importa. Después de todo no les fue tan mal, siguen siendo respetados, tomando en cuenta que quien se burla para en el hospital. Charlie ahora es un respetado estudiante en la escuela de medicina. A pesar de ser el mas joven de todos, sigue siendo el mejor estudiante. Difícil de creer, ¿no? Pero es verdad. James logro encontrara una buena escuela de gastronomía en Madrid. Tuvo mucha suerte. En unos días ya serán nuestros exámenes de admisión. Y yo, bueno, no hay mucho que decir. Seguí participando en los scketchs de Frank. La gente me ha llegado a considerar un buen actor. Aun así no me convencerán, seguiré con mi carrera como periodista. Y mi relación con James sigue igual de fuerte, quizás mas que antes. Nos confiamos todo, y cuando digo todo, es todo. Secretos que ni siquiera a nuestros padres les decimos. Pasamos gran parte del tiempo juntos, pero también nos damos nuestros ratos libres.

Y si por alguna razón tienen la duda, si, perdimos a Jack. Si, desde el día que perdió en el gimnasio le perdimos el rastro. Algunas fuentes me aseguran que se fue de L.A, pero me da igual, nunca volvió a molestar, y es lo único que me importa.

Pero antes de poder decir que soy feliz en Madrid, debo recordar mis últimos días en L.A (si, por que nunca notaron que nunca dije donde vivía). La última semana en la ciudad fue de lo mas agitada. Fue un... sábado. Estaba acostado a lado de James. Sus padres habían salido de vacaciones para... por lo del hermanito de James. Así que la noche anterior fui a su casa para pasar la noche con el. Ahora la calida luz del sol me despertaba. Estaba entre sus fuertes brazos. La noche anterior, como todas las que pasaba junto a el, fue hermosa. El mundo exterior dejaba de existir para nosotros en ese momento, mientras nuestros cuerpos eran uno solo. Gire un poco y vi su reloj. Eran las 9:30. Frank ya había abierto la panadería.

--Buenos días dormilón. Ya despierta--lo moví un poco del brazo--. Ya es tarde. Tenemos que ir a trabajar.

--No quiero ir. ¿No hay forma de que Frank se encargue el resto del día? Para eso le pagamos.

--No. Anda, es nuestro negocio. De ahí sacamos nuestro dinero.

--Ya se. Pero no quiero ir--abrió los ojos y me miro. Después se puso sobre mi para darme un calido beso--. Quiero quedarme aquí, contigo.

--Me gustaría amor, pero tenemos que trabajar. Anda, aun tenemos que ducharnos--le dije con una sonrisa. James capto el mensaje al instante.

Desnudos, nos levantamos de la cama y caminamos hacia el baño. James abrió ambas llaves y entramos. Estaba un poco fría el agua, pero por lo que andábamos haciendo no sentíamos nada, así que no había problema. Al entrar me dio un leve escalofrió por el frió, pero después se me paso cuando James me dio un calido beso en la boca. Puso sus garras en mi cintura y me acerco a el. Yo lo rodee con mis brazos y comencé a acariciar su espalda. Nuestras colas se movían en plena señal de excitación. Cerró la llave, tomo el jabón y comenzó a enjabonarme lentamente el pecho mientras seguía besándome. Después me fue enjabonando la espalda, lentamente, sin dejar de besarme. Tras romper el beso se hinco frente a mí. Tomo mi verga semi erecta y la metió a su boca, mientras enjabonaba mis piernas. Su lengua me masturbaba lentamente. Yo tome otro trozo de jabón y comencé a enjabonar su cabeza. Comenzó a succionar con fuerza, mientras introducía una de sus garras en mi ano. Su lengua comenzó a masturbarme más rápido. Sentí mi verga comenzar a hincharse, y tras unos segundos me vine en su boca. James alcanzo a beber todo mi semen, mientras yo lanzaba un suave gemido de placer. James se puso de pie y me dio un largo beso, compartiendo conmigo el semen de su boca. Tras romper el beso, fue mi turno. Me hinque frente a el y enjabone con mi garra izquierda sus piernas mientras con la derecha comenzaba a masturbarlo. Mi lengua lamía solo la punta de su verga, mientras aceleraba la velocidad con la que lo masturbaba. Sus garras jugaban con mi melena, enjabonándola lentamente. Cada vez lo masturbe con más velocidad. Y debido al ambiente generado por el agua James tampoco soporto mucho, pues pronto comenzó a eyacular. Abrí mi boca para que un poco de semen cayera dentro de ella, y el resto quedara en mi rostro. Cuando termino, me levante y James comenzó a lamer el semen que quedo en mi cara. Terminamos de bañarnos, salimos, nos vestimos y bajamos a desayunar, para después irnos a otro día de trabajo.

Tras llegar a la panadería, Frank ya había abierto como era de esperarse. A esa hora pronto comenzaría a llegar la gente. Entramos y saludamos a Frank.

--Hola Frank.

--Hola chicos. ¿Cómo pasaron la noche?

--No te metas en eso. Es privado--le dije.

--Ya vas.

-- ¿Cómo ha estado el trabajo?--pregunto James.

--Pues bien. Hasta ahora no ha venido mucha gente. Pero ya se acercan. Puedo olerlos.

--Si claro.

--Anda, ya pasen. No vienen aquí a reclamar.

--Claro que si--le dije--. Somos tus jefes.

--No te pases. Anden, ya vienen los clientes.

Y si, del otro lado de la calle venía una señora que venía todos los días. James y yo pasamos del otro lado del mostrador, nos pusimos un gorro y un delantal (si, obligatorio) y nos pusimos a trabajar. Tras un par de minutos llego otro de los habituales clientes, y luego otro, y otro, y los demás. Pronto se lleno toda la panadería de gente, como es usual los fines de semana. Daniel llego justo cuando todo el negocio estaba lleno.

-- ¿Dónde esta Sam?--le pregunte mientras Daniel se ponía su gorra y el delantal.

--Enfermo.

-- ¿Qué? ¿De que?

--Fiebre. Dijo que lo sentía.

--Bueno, ya que. Anda, ayúdanos.

Daniel entonces comenzó a atender a los demás clientes, cobrando, como todos. Pero en fin, toda esta aventura del trabajo no creo que les interese. ¿A quien le va a interesar? Jeje, por eso saltémonos toda esa parte, que no es de lo que les quiero hablar.

Tras una larga hora de duro trabajo, por fin pudimos atender a toda la gente que se había juntado. Solo un par de clientes quedaban, pero Daniel se hizo cargo de ellos. Mientras yo me fui a la trastienda con James. Cerré la puerta y le di un fuerte abrazo, mientras le daba un profundo beso. Sus garras me sujetaron por la cadera y me acercaron a el. Seguí besándolo, olvidando cualquier cosa que estuviera a mi alrededor. En ese momento solo estábamos el y yo. Soltó mi cintura y subió sus garras hacia mi rostro. Jugó con mi melena un largo rato, sin romper el apasionado beso que me estaba dando. Mis garras acariciaron su barriga. Tras un par de minutos el rompió el beso y me miro a los ojos. Acarició mi rostro.

--No sabemos hacer otra cosa que no sea esto--me dijo.

--Pero lo disfrutamos.

--Bueno, eso si. Por mi me pasaría mi vida entera haciendo esto.

--Igual yo. Pero...

-- ¿Pasa algo? Últimamente te he notado algo preocupado.

--Si. Es que... estoy algo nervioso.

-- ¿Por qué?

--Pues... ya en unos días nos vamos. Pero aun no le has dicho a tus padres.

--Lo se. Amor, tranquilo. Mis papás quieren que me vaya a Suiza, pero te prometí que estaría junto a ti. Se que ya han pasado dos meses, pero te prometo que voy a hablar con ellos hoy mismo.

-- ¿Lo prometes?

--Si, tranquilo.

--Vale.

--Ahora, ¿en que estábamos?--James volvió a besar mi cuello varias veces, mientras sus garras acariciaban mi espalda. Comencé a excitarme un poco, pero no era ni el lugar ni el momento para hacerlo.

--Jeje... amor, no... creo que debamos...

-- ¿Por qué?--me pregunto con un tono de inocencia.

--Pues... no es un buen lugar--me dio un par de besos en el cuello y luego me miro. Beso mi nariz.

--Oki. Solo por que tu me lo pides. Te amo.

--Yo también te amo.

-- ¡Oigan tortolos!--nos llamo Frank--No les pagan para que se estén besando.

--Pero si somos los dueños--le respondí.

-- ¿Ah si? Bah, de todos modos salgan--abrió la puerta. Detrás de ella estaban Sam y Daniel--.Es nuestro turno.

-- ¿No estabas enfermo?--le preguntó James.

--Mejore--me contesto Sam. James y yo salimos mientras Sam y Daniel entraban y cerraban la puerta. James y yo solo nos pusimos a reír.

Pero como no queríamos oír lo que hacían ahí dentro, nos salimos a tomar un poco de aire. El cielo estaba nublado. Las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer. No había mucha gente en la calle, y con la lluvia nadie iba a salir. Quizá Sam y Daniel puedan hacerse cargo, solos.

-- ¿Crees que puedan solos?--le pregunte a James.

--... si. Ve y diles.

--Ya vas--entre y toque a la puerta--. Hey, niños. ¿Traen sus llaves?

--Si--me contesto Daniel--. Pues con que crees que abrí.

--Bueno. James y yo nos vamos. Voy a cerrar. Cuando salgan abres. Y cierran más temprano.

--Si, ya vas, solo déjanos solos.

Apague las luces, salí y cerré. Abrace a James y comenzamos a caminar. La lluvia empezó a tomar un poco de fuerza. Como no habíamos traído auto, tuvimos que caminar hasta la casa. Lo más lindo fue cuando de repente, en una esquina, me detuvo. En plena lluvia, me acerco a el y me beso. A pesar de que ambos nos íbamos a resfriar, no pude evitar sentirme feliz y emocionado, pues fue algo... am, romantico. Después de un largo minuto, seguimos nuestro camino.

Llegamos a mi casa, y subimos a la habitación. Ahí ambos nos quitamos la camisa empapada. Jamás ha dejado de excitarme el ver a James mojado. Me acerque a el y acaricie su pecho. Lo bese varias veces en el cuello. Yo soy una persona muy espontánea, y en una conversación cambio de tema radicalmente. Por eso de repente recordé cuando James me contó como conoció a Sam y a Daniel.

--Oye, aun no me dices como le hiciste para convencer a San y a Daniel el día que los conociste.

Al escuchar eso James estornudo. Me dijo que iba por una pastilla antes de que se pusiera peor. Siempre me hacía lo mismo, cuando le preguntaba eso se salía del tema de cualquier modo. No desconfiaba de el, pero me hacía pensar en que le habían hecho algo vergonzoso, como una broma o algo así.

Al volver me trajo algo que me hizo olvidar por completo: un trozo de pastel de chocolate. No puedo hacer nada ante un trozo de pastel de chocolate. Me dio un trozo y nos sentamos en la cama a comer. Tras un par de minutos terminamos de comer. Esperamos a que terminara de llover para que pudiéramos ir a la casa de James a hablar.

Nos quedamos acostados un largo rato, esperando a que la lluvia cesara. Veíamos las gotas estrellarse contra el vidrio. James se puso a tocar un rato. Después jugamos naipes, ajedrez, damas. Se había ido la luz y la estupida planta que teníamos no disponía de la gasolina suficiente para alimentar el sistema eléctrico. Pero después James se quedo acostado. Se veía serio. Me acosté sobre el.

-- ¿Pasa algo?

--No, nada amor.

--Te ves serio. Se que tienes algo.

--No, no es nada.

--Anda, dime. Estos días te he notado algo distante.

--En serio, estoy bien. Es solo por lo que les voy a decir a mis papás. No se como vayan a tomar la noticia.

--Tranquilo. Para eso estoy contigo amor.

--Si, lo se. Solo que no me gustaría decepcionarlos.

-- ¿Por qué crees que lo vas a hacer?

--Pues ellos estaban ilusionados con que me iba a ir a Suiza. Se que la escuela en Madrid también es buena, pero ellos siempre han estado ilusionados con verme en Suiza, con verme como alguien importante.

--Si quieres... nos podemos ir a Suiza.

--No, no. Ya te prometí ir contigo a donde sea. Solo que me preocupa su reacción.

--Bueno, quizá no estén de acuerdo al principio. Pero deben aceptar tu decisión. Ya no eres un niño. Puedes tomar tus propias decisiones.

--Lo se.

--Anda, ya esta parando la lluvia.

Nos pusimos ropa seca y bajamos. Para mi sorpresa mis padres apenas iban entrando. Les dije que iríamos a casa de James a hablar con sus padres. Me dijeron que tuviéramos cuidado, y después nos fuimos.

Al llegar a casa de James sus padres estaban en la sala, viendo la televisión.

--Hola chicos--nos saludo el padre de James.

--Hola papá, hola mamá--les saludo James. Se quedo callado un momento. Le di un codazo para que se animara--Mamá, papá, tengo que hablar con ustedes.

-- ¿Pasa algo Jimmy?--le pregunto su mamá.

--Pues... am...--se rasco la nuca, buscando que decir--... pues, es sobre mi escuela.

-- ¿Qué pasa?--le cuestiono su papá.

--...ah... me voy a ir a Madrid con Alfred.

Al principio los dos se quedaron callados. Miraban a James y luego a mi y luego a ellos mismos. El impacto no fue como James pensaba, pero aun así, hubo sorpresa.

--Pero hijo--le empezó a decir su padre--, creí que te querías ir a Suiza. Ha sido tu sueño por años.

--Lo se pero... no quiero separarme de Alfred. Se que no debo poner mi vida personal antes que mi carrera, pero no voy a dejarlo solo. Además, encontré una escuela en Madrid que también es buena.

--Pues... si esa es la decisión que tomaste, no veo por que no has de seguirla. A final de cuentas es tu vida.

-- ¿Entonces... no están...?

-- ¿Molestos?--le interrumpió su mamá. Se levanto y le dio un abrazo--Claro que no. Esta es tu decisión, y nosotros nada tenemos que hacer en contra.

--Gracias.

--Bueno--interrumpi. Me acerque a James y le di un beso de despedida--. Yo nada debo hacer aquí, jeje, así que mejor me voy.

-- ¿Por qué no te quedas a comer?--me pregunto su mamá.

--Ah, no gracias señora Summer. Mi papá me dijo que volviera temprano. Me tengo que ir. Con su permiso. Hasta mañana amor.

--Hasta mañana.

Al día siguiente, seguimos nuestra rutina normal. Levantarse temprano, ir a trabajar, atender a los clientes, esperar, atender más clientes. Otro aburrido día. Pero de repente mi papá me llamo y me dijo que debía volver a casa de inmediato. Me extraño el tono en que lo dijo, pero no le di más importancia. Deje encargado a James y regrese a casa.

Mi papá estaba en el estudio. Tenía algo en sus manos. Me acerque a el, pero antes de llegar vi lo que era. Un llavero. Al estar tras de el lo tome. Eran tres llaves.

--Papá, ¿de que son estas llaves? No son de un auto, por que lo sabría.

--Si, tienes razón, no son de un auto. Hijo, ya eres mayor. Y ya pronto vas a vivir en Madrid--se levanto y se puso frente a mi--. Y como todo hombre libre, necesitas un lugar donde vivir.

--No.

--Si.

--No.

--Si.

-- ¡Wha! No puedo creer que me hayas comprado un apartamento--le di un fuerte abrazo.

--Bueno, tu y James necesitan un buen lugar para vivir.

--Espera--lo solté-- ¿"Tu y James"? ¿Qué quieres decir con "tu y James?

--Pues, ¿Qué no se irán juntos a vivir?

--Si pero...

--Los oí hace un par de días. Debes ser mas cautelosos.

--Ah... ¿pero de donde sacaste tanto dinero para comprar un apartamento? Hemos tenido que vender muchas cosas.

--Lo se. Pero yo tenía cierto dinero ahorrado precisamente para cuando te fueras. Siempre hay que ser precavido. Ahora, prepara tus cosas que mañana se van.

-- ¿Mañana? ¿Por qué?

--Pues, alguien tiene que presentarse en el departamento o van a romper el trato. Además ya va a ser tu examen de admisión y me gustaría que de una vez fueran acostumbrándose a la ciudad.

--Gracias papá.

Le di otro fuerte abrazo y después fui corriendo a mi habitación. Tome mi celular y le marque a James.

--Hola amor--me contesto.

--Amor, te tengo una sorpresa.

-- ¿Qué es?

--Vuelve a casa. Prepara tus cosas. Mañana nos vamos.

-- ¿Qué? ¿Cómo que mañana nos vamos?

--Si. Mi papá nos consiguió un departamento. Pero tenemos que presentarnos mañana o lo perderemos.

--Pues me tomas desprevenido. Apenas ayer les dije a mis papas de mi drástico cambio. No creo que vaya a ser tan fácil.

--Lo se. Pero ya no nos queda de otra. Además, me gustaría ir conociendo un poco la ciudad.

--... de acuerdo. Dejo encargado a Frank y me voy.

--Vale. Te espero aquí.

Colgué y me acosté en la cama, emocionado. Mañana en la noche ya estaría viviendo en Madrid, y lo mejor de todo es que estaría con el lobo que amo. De repente, caí dormido. No supe cuanto tiempo estuve dormido, pero al principio fue lindo. Soñé, o mejor dicho recordé la primera vez que hice el amor con James. Fue algo realmente bello. Podía sentirlo de nuevo, como si realmente estuviera pasando. Y siguió así hasta que terminamos, justo cuando caí dormido. Pero antes de poder decir que termino ahí, mi vista se nublo por completo. Lo último que escuche antes de despertar fueron unas palabras de James: "¿En que estoy metido ahora?" Después de eso desperté. Estaba algo agitado, quizá por todo lo soñado, pero lo último que escuche fue lo más extraño. Hasta ahora no entiendo por que soñé eso. Y hasta ahora, ya le he dejado de dar importancia. Fue solo un sueño, no arruinara mi relación con James.

Tras dos horas llego James. No vi coherente decirle lo que había soñado. Tenía una sonrisa en su rostro. Me acerque a el y lo bese.

--Entonces mañana nos vamos--me dijo.

--Si. ¿Ya hablaste con tus padres?

--La noticia los tomo desprevenidos. Han pasado muy rápido las cosas.

--Lo se.

--Pero estuvieron de acuerdo. A mi mamá no le gusto la idea de que su bebe ya no va a estar mañana, pero... pues, los exámenes son ya en unos días. Y tienes razón, hay que irnos acostumbrando a la ciudad.

--Es lo que me dijo mi papá. ¿Quieres estudiar un rato?

--Si claro.

Nos sentamos frente al escritorio, y ambos sacamos las guías de estudio de nuestras respectivas escuelas. Mi guía se veía relativamente sencilla. Me aprendía todo con facilidad. James también parecía no tener problemas con su guía.

Pasamos un largo rato estudiando, casi memorizamos nuestras guías a la perfección. Cuando acabamos, James me abrazo y se recargo en mi hombro. Su garra izquierda sujeto mi mentón y me dio un beso.

-- ¿Un descanso?--pregunte.

--Tu dirás.

Me levante y cerré con seguro la puerta. Me quite la camisa y me senté en la cama. James se levanto y se fue desabotonando su camisa. Me puso la garra en el pecho y me tumbo sobre la cama. Se sentó sobre mi pecho y me miro.

-- ¿Listo para mañana?--le pregunte.

--Salimos temprano, ¿verdad?

--Si.

--Entonces llegaríamos en la tarde. Va a ser algo pesado el vuelo.

--Lo se. Pero valdrá la pena.

--Si, eso si.

Ambos nos acostamos bien, y nos fuimos quitando el resto de la ropa. James se puso a cuatro patas frente a mi. Me hinque e introduje mi verga totalmente erecta en su boca. Comenzó a masturbarme con la lengua. Me recargue en su espalda e introduje una de mis garras en su culo, mientras mi garra izquierda lo masturbaba suavemente. James ante la sensación comenzó a mover su lengua más rápido. Introduje un poco más mi garra, mientras aceleraba la velocidad en que lo masturbaba. James profirió leves gemidos, que poco a poco fueron aumentando. Comencé a sentir mi verga hincharse más y más. Proferí un suave rugido, lo que le indico a James que ya casi me venía. Movió más rápido su lengua, a lo cual yo le respondí masturbándolo más rápido. Comencé a contenerlo el mayor tiempo posible, pero ante la forma en que James movía su lengua no pude resistirme. Comencé a eyacular dentro de su boca, mientras el se venia sobre la cama. Todo mi semen se quedo en la boca de James, quien comenzó a tomarlo poco a poco.

Retire mi garra de su culo y me levante. James tambien se levanto tras terminar de limpiar mi verga. Le di un beso para probar el semen que quedaba en su boca. Tras romper el beso me senté en el borde de la cama. James se puso de pie y se paro frente a mi. Me acosté y levante mis piernas. James las sujeto y fue introduciendo su verga lentamente en mi culo. Soltó mi pierna derecha y empezó a masturbarme. Empezó dando suaves embestidas, con dulzura y sin dejar de mirarme. Comenzó a aumentar la velocidad de las embestidas, mientras presionaba mi verga ligeramente para darme más placer al masturbarme. Ambos comenzamos a lanzar suaves gemidos, los cuales poco a poco fueron aumentando su intensidad. Sujete mi verga, indicándole que la soltara. Comencé a masturbarme mientras James me sujetaba de la cintura para darle fuerza a sus embestidas. Fue poco a poco aumentando la velocidad, mientras yo me masturbaba cada vez más rápido. Mi verga se fue hinchando rápidamente. Ambos comenzamos a gemir más fuerte. James dio tres últimas embestidas, para después soltar toda su tibia semilla dentro de mi. Al sentir la presión, yo también comencé a eyacular. Lance un suave rugido, conteniendo los deseos de que todos en la calle lo escucharan. Todo el semen quedo sobre mi pecho, mientras James daba unas últimas embestidas. Después retiro su verga. Ambos jadeábamos de cansancio. Sin decir más nos acostamos y cubrimos con la sabana. James se agacho para limpiar el semen de mi pecho. Después se levanto y me beso mientras lo rodeaba con mis brazos. Tras unos minutos ambos nos quedamos dormidos.

Al día siguiente al despertar dimos una ducha y fuimos a preparar nuestras cosas. Después nos fuimos al aeropuerto. Ahí estaban todos: mis padres, los padres de James, Frank, Charlie, Sam, Daniel y el abuelo de James.

--Bueno hijo--me dijo mi papá--, supongo que ya es hora.

--Gracias papá. No olvidare esto.

--Traes las llaves, ¿verdad?

--Si.

--Hijo--siguió mi mamá--, ten mucho cuidado. Te vamos a extrañar mucho.

--Yo también los voy a extrañar.

--James--le dijo su padre--cuídate mucho, y también a Alfred.

--Despreocupare papá. Estaremos bien.

--Mi Jimmy, me vas a hacer mucha falta hijo.

--Yo también voy a extrañarte mamá.

--Chicos, cuidense--les dije a Sam, Daniel, Charlie y Frank--. Los dejo a cargo del negocio.

--Despreocupate--me aviso Frank--, la dejas en buenas pezuñas.

-- ¿Por qué eso debe tranquilizarme?

--Chicos--siguió James--les agradezco toda la ayuda que nos brindaron.

--Para eso son los amigos--le dijo Charlie.

--Si. Les deseamos lo mejor, chicos--añadio Sam.

--Que tengan éxito en todo lo que hagan--continuó Daniel.

--Y acuérdense de los amigos cuando sean famosos--finalizó Frank.

La bocina anunció nuestro vuelo. Nos despedimos de todos con un abrazo y tomamos nuestras cosas. Comenzamos a caminar hacía la puerta que nos indicaron. Atrás de nosotros quedaba nuestro pasado. Días y noches de dolor ahora quedaban atrás. Las cosas habían cambiado mucho desde que nos conocimos, e iban para bien. Muchos otros jóvenes también se dirigían hacía el vuelo. Eso me hizo pensar en la película Destino Final, jeje, y me asuste un poco. James lo noto y me dio un abrazo para tranquilizarme. Pasamos el centro de revisión, y nos dirigimos al avión. Ya en él tomamos nuestros asientos y esperamos. Tras unos minutos el avión despegó. Vi el aeropuerto alejarse, y después sentí el avión elevarse. Mi vida dejo de ser la misma.

Ahora, frente a la ventana en el departamento, ya todo eso es un recuerdo para mi. Eso no lo hace importarte, pues es parte de mi. Es un día nublado. Creo que va a llover. Me gustaria mucho que lloviera, salir con James en la lluvia, es algo... lindo. Queda cerca la Plaza Mayor. En tres días será mi examen, y el de James en cuatro. Ya tendremos tiempo después de ver la ciudad. James esta terminando de arreglar las cosas.

--Oye James, ¿qué te parece si salimos más tarde?

--Me gusta la idea.

--Bueno, solo espero que llueva.

--Se supone que a los gatos no les gusta el agua.

--Lo se. Pero estaría contigo. A mi no me molesta.

--Oki, deja término aquí.

Un par de minutos después suena el telefono. James contesta. No es de mi incumbencia, pero algo de la conversación llega a mis oidos.

--...no, no es buena idea... ¿crees que estoy de acuerdo?... ya se, ya se... mira, dame tiempo. Analizare bien las cosas. Pero tengo que arreglarlo yo, ¿si?... no se te ocurra hacer nada--cuelga.

-- ¿Quién era?--le pregunto.

--Un amigo que tengo aquí. Queria hablar conmigo, pero le dije que iba a salir.

--Si quieres verlo no hay problema.

Se acerco a mi y me rodeo con sus brazos.

-- ¿Crees que me gustaria perderme este dia? Anda, vamonos. Terminare después.

No parece importante, así que le doy un beso y camino junto a él hacía la puerta. Pronto olvido esa llamada, pero sigue extrañándome un poco el comportamiento de James. Desde ese sueño, he tenido un extraño presentimiento.