El super portero
#20 of El Lobo guardian
Capitulo 19: El Super Portero
En Madrid, un pequeño dragón de unos 6 años espera sentado fuera de la oficina de la directora de la escuela, en la sala de espera. Columpia sus patas, pues no logran llegar al suelo por su estatura. Da leves aleteos con sus pequeñas alas, mientras que con su cola se espanta una mosca que se poso en su hombro. Lleva rato esperando, y su padre no sale. No quiere ir a otra escuela. No después de todo lo que ha pasado. Cinco escuelas lo han rechazado. Las leyes le apoyan en todo, pero el dinero esta por encima, y gente rica no quiere verlo en las escuelas por ciertas cosas con las que no están de acuerdo, y si el dinero no lo quiere ahí, no estará.
Este sin duda será otro largo día. Últimamente ha pensado si de verdad quiere ir a la escuela, o lo hace por complacer el deseo de su mamá. Bueno, la verdad ya no le interesa mucho si queda o no. Mira sus garras, después sus patas, luego su cola. La verdad lo hace por que esta aburrido. Lo más seguro es que su papá salga de ahí sin ninguna novedad. Después irían a otras dos escuelas, irían a comer, a una escuela más, y volverían a casa decepcionados.
Entonces escucha la perilla girar. Voltea, más no con sorpresa, sino esperando el clásico "vamonos hijo". Pero al contrario de todo lo que el esperaba, en el rostro de su padre, un dragón de unos 40 años de ojos del mismo color de su padre.
--De verdad le agradesssco la atensssión que me ha brindado ssseñor director.
--No agradezca. Esa clase de conductas son inaceptables en una sociedad como la nuestra. Solo hago lo que es correcto.
--Essspero que esssto no lo meta en problemasss.
--En lo absoluto. Ayudar a un niño como el suyo, al que le han cerrado las puertas, es algo que haría sin importar las consecuencias.
--De verdad muchísssimasss graciasss. No ssse como pagárssselo.
--Mientras su hijo sea buen estudiante no habrá ningún problema. Si queremos cambiar nuestra sociedad hay que dar el ejemplo. Espero que desde mañana se incorpore a las clases.
--Asssí ssserá. Hijo--el dragón voltea a ver al chico--, sssaluda a tú nuevo director.
El dragón se levanta y le extiende la garra. En sus ojos ha nacido un leve brillo de esperanza. Por primera vez las cosas han comenzado a cambiar a su favor. El sueño de su madre esta comenzando.
--Hola. Sssoy Roberto Alabau Gragera.
Objetivos, misiones, metas, algo que deseamos realizar en nuestras vidas, un reto a nosotros mismos, a nuestros límites. El ser humano, día a día, se reta a si mismo. No hay momento en el cual el hombre este totalmente inactivo; al contrario, siempre esta en constante actividad, siempre buscando una forma de retarse, de probar sus limites, de agrandar su poder. Todos tenemos algo de egocéntricos. Ni siquiera con la más alta humildad se puede evitar esa sensación de satisfacción cuando alguien más le apremia por algo que haya hecho bien. La diferencia esta en que hay quienes ocultan su ego y quienes lo muestran ante los demas.
Afortunadamente, los protagonistas de este caso no son el segundo tipo. Por defender los derechos de otros, hay personas que lo pierden todo. Sin embargo, la necesidad de la satisfacción que genera el triunfo ante la adversidad es lo que los motiva a seguir luchando, incluso vender su alma al diablo si es necesario. Todo sea por satisfacer y mantener calmado al ególatra que traemos dentro. Aunque lo neguemos, en la mayoria de los casos, hacemos las cosas principalmente, aunque sea un poco, por nuestro bienestar.
Ya ha pasado una semana desde la partida de Gami. A todos les afecto, pero en especial a James, pues era bastante especial para el. Era como un hermano. Pasaba horas hablando con el, contándole las cosas que había hecho ese día. Le tenía una confianza similar a la que le tiene a Alfred. A veces el león fingía molestarle que hubiera algunas cosas que antes pasaran por los oídos de Gami. Aunque en verdad no tenía nada en contra de esa confianza, pues James es libre de hacer lo que el desee.
Sin embargo, ahora esa confianza ha desaparecido. James es malo ocultando sus sentimientos, y mucho más ante Alfred. Mas de una vez han discutido sobre por que James no le cuenta cuando se siente triste. Sin embargo siempre se terminan reconciliando. Pero ahora, aunque lo intentará, no puede ocultar la tristeza que le causa saber que Gami ya no estará en esa casa, la que por tantos años compartieron, la que vio tantos momentos juntos. Los demás se sienten igual, pero curiosamente eso no le afecto a Alex.
--A diferencia del resto, se que Gami tiene otros planes, y no me gustaría que renunciara a ellos solo por darnos gusto--le dijo a su papá la noche del día que se fue.
--Pero tampoco te gusta la idea de que se haya ido.
--Lo se. Pero sería egoísta que le pidiéramos que volviera.
--El fue egoísta al irse para seguir su vida aun sabiendo que eso nos iba a doler.
--Papá, no puedes negar que muchas de las cosas que has hecho por ti y por James las haces pensado un poco más en ti que en el.
--Ah... bueno--"touche". El pequeño león tenía razón; inconcientemente, Alfred así actúa, como todos nosotros.
--Cuando el crea correcto volver, volverá. Pero no lo juzguen así. Quizá no fue el modo correcto de despedirse, pero era el único. No creas que te estoy diciendo que piensas más en ti que en James, pues se que sacrificaste mucho para estar con el. Es tú instinto el que te hace pensar así, y eso es algo que pocos pueden controlar.
Sorprendentemente el miembro más joven de la casa, que debería ser el más afectado, es el que esta resistiendo más al golpe que la partida de Gami implica. Aunque claro, una cosa es lo que se ve y otra lo que se siente. En realidad, Alex se siente bastante mal, le extraña mucho. Entra a la habitación del cachorro, esperando escuchar la música clásica y verlo jugando ajedrez. En su mente, esa imagen aparece cada vez que entra a su habitación. Maldice no poder apartar ese dolor. Sabe que solo olvidándolo podrá, y es cuando piensa en una frase que le escucho decir a James: "Solo muerto se puede olvidar, pues no hay sentimientos que vivir".
En el aeropuerto de Nueva York, un perro se encuentra sentado en la sala de espera. En sus garras sostiene una foto, donde aparece con toda su "familia". Pasa su garra por la foto, como si tocarla le hiciera acercarse a ellos. Gami, con el corazón herido, no para de pensar en lo que hizo. No llora, pues sus ojos se han secado. Echa un vistazo a la tira donde llega todo el equipaje para ser recogido. Solo queda su maleta. ¿Cuándo saldrá el próximo vuelo a Madrid? No ha de tardar. Mira a uno de los encargados del equipaje revisar su reloj. Sin duda esta mirando cuanto tiempo lleva su maleta abandonada. En unos 5 minutos ira por ella a dejarla a Seguridad al ver que nadie la recoge. Vuelve a mirar la foto. Es la única foto que tiene donde salen todos, incluido Alex. Sonríe, pensando en el. Después mira a Alfred, el león ordenado, responsable, amante de las reglas, que oculta a un león rebelde pero que quiere ser cuidado por la persona que más ama en el mundo. Mira a James, el lobo que fue la causa de que todos llegaran a donde están. Le conociera o no, Alfred hubiera ido a Madrid a estudiar, pero si no estuviera James, lo más seguro es que el volviera a Estados Unidos al terminar la carrera.
--Alfred siempre tuvo razón--se dice a si mismo, mirando a James--, de no ser por ti, nuestra familia no se hubiera formado. Lo único que puedo hacer para agradecerte ahora es llegar más lejos de donde estaba. Espero que algún día puedan perdonarme.
Da un largo suspiro y guarda la foto en su mochila. Se echa la mochila al hombro y corre por su maleta, justo antes de que el encargado la tome.
--Ah, disculpe. Como nadie venía por ella, tenía que llevarla a Seguridad, sino alguien la podía robar--se disculpa el encargado, un joven canguro que ha de llevar al menos una semana en el trabajo por el tono nervioso en el que le habla a Gami. Ya le han reclamado una vez por eso, y tiene miedo de que el perro lo haga.
--No, usted discúlpeme. Es que me distraje un poco tomando un café.
--No hay problema--le contesta más tranquilo al ver la sonrisa de Gami--. Solo hacía mi trabajo.
--Lo se. Gracias por cuidarla.
--De nada. Que disfrute su estancia en el país.
--Lo haré.
Carga con su maleta, y le dirige una última sonrisa de despedida, para luego dar la vuelta y dirigirse a la salida. Tiene un amigo que le dará hospedaje mientras busca donde quedarse. Hablar del café hizo que se le antojará uno, así que se detiene en un Starbucks (hice mi intento por pronunciarlo mal para que así no sea publicidad) bastante lleno. Pide un frapuchino, y una vez que se lo entregan se sienta en la única mesa vaciay saca de nuevo la foto. Por alguna razón, el dolor ha disminuido. Mira a todos sonreír, felices. Quiere que el día que los vuelva a ver, sigan sonriendo de ese modo.
--Disculpe, ¿puedo sentarme?--le pregunta una voz. Al bajar la foto ve a un labrador frente a el, de ojos negros, 1.80m. Una mirada dulce que rápidamente capta la atención de Gami. En sus garras lleva un frapuchino y una rebanada de pastel de chocolate--Las demás mesas están ocupadas, y no me gustaría comer parado.
--Adelante--el labrador se sienta.
--Muchos estudiantes han venido de todo el mundo a una conferencia.
Gami levanta la mirada y ve a todos los presentes. Ninguno tiene más de 23 años.
--No lo sabía. ¿Sobre que es?
--Lo mismo de siempre: hablarles sobre lo maravillo que es la vida después de la carrera, los tipos de trabajo que podrán tener de acuerdo a la carrera que escojan, un intermedio sobre sexualidad y drogas, después charlas de gente que llego muy lejos desarrollándose en lo que estudio, ofertas de otras escuelas para que estudien ahí la maestría. La misma basura. Creen en las tonterías de esos conferencistas, y que con solo una licenciatura pueden llegar tan lejos como ellos--come un trozo de su pastel.
--Los conferencistas solo te dicen algunos de sus problemas: "debido a un competidor nuevo, muchos de mis clientes se fueron, y estuve al borde de la ruina de no ser por el apoyo de mi familia, de mis hijos que dejaron de estudiar para trabajar y mi esposa que tomaba dos empleos para seguir adelante". Pero nunca te dirán cosas como: "una vez que estuve en la cima, me sentí tan poderoso que comencé a tener una aventura con mi secretaria, la cual después me chantajeo si no le cumplía todos sus caprichos".
--Exacto--le dice mientras mastica un trozo del pastel--. Solo vienen a presumir de cómo resolvieron sus problemas, de su espíritu de lucha y todas esas patrañas. La verdad solo vienen por el dinero. Un verdadero conferencista vendría a hablar con ellos, no a que le paguen por hablar.
--Bueno, no puedes culparlos. Aunque esas pláticas ayudan a los jóvenes, ellos lo hacen más por su beneficio que por el de ellos.
El labrador le mira sorprendido, pues el comentario es bastante bueno, y correcto. Por su parte, Gami vuelve a bajar la mirada hacía la foto, mirando con ilusión a su "familia".
-- ¿Quiénes son?--le pregunta su acompañante, intrigado.
--Unos amigos.
-- ¿Puedo verla?--Gami no responde, solo le extiende la foto, con la vana ilusión de que la manche de pastel o le deje caer el café encima. Pero no, el labrador la trata con mucho cuidado, mirando a todos los que en ella aparecen--Debes de ser al que le dicen Gami, el director de cine independiente.
-- ¿Cómo lo sabes?
Saca de su mochila un publi-reportaje que hizo hace tiempo Alfred.
--Me encanta como escribe. Estoy haciendo un ensayo sobre el.
-- ¿Qué estudias?
--Filosofía y letras.
--Si te llegaras a encontrar con el tendrían mucho de que hablar. Alfred es todo un filósofo.
--Sería un sueño hecho realidad si lo veo. Lo que se me hace raro es que no estés con ellos. Se de lo unidos que son en donde viven.
--Bueno, me siento mal por eso. Tuve que dejarlos por un problema que tuve, y que me hizo darme cuenta que tengo que darle un giro a mi vida.
--No te culpo. Todos debemos seguir nuestros sueños. Yo deje a mi familia en Texas por venir a estudiar. Papá no para de insistirme en que siga con el negocio familiar, la extracción de petróleo. Pero preferí impartir conocimiento a los demás que meter tubos en la arena y sacar algo--se exalta--. A todo esto, no me he presentado. Anthony Wolfe--le extiende la garra para saludarlo. Gami la toma y le responde el saludo.
--Pues mucho gusto Anthony. Puedes llamarme Gami.
Ambos sonríen. Y con esta sonrisa, se cierra aquí la historia de Gami. Quizá en alguna ocasión sepamos algo de el, pero sus deseos de seguir sus sueños lo han dejado fuera de la historia de nuestra rara familia. Podría decirse que tiene suerte de que sea así.
En casa del bipolar león y su bipolar familia, exceptuando a Alex que es normal hasta cierto punto, Alfred y Alan juegan Jenga. Al principio, según Alan, el perdedor haría un stripe tease al ganador, pero Alfred no lo vio correcto, y aceptó que el perdedor invitará todo lo necesario para el próximo viernes casual. No era tan divertido, pero al menos Alan acepto. Siendo el turno de Alfred, manteniendo bajo control su pulso, coloca una pieza más en la cima de la ya frágil estructura. Una vez que se ha asegurado de que no se caerá, se echa para atrás y da una palmada de emoción.
--Vale gatito, supera eso.
--Ya veras. Y aunque no quieras admitirlo, tarde o temprano me harás un stripe tease.
--Cuando deje de creer en la posibilidad del anarquismo, o que una obra mía no venda lo esperado, entonces será.
-- ¿No quieres algo más fácil, como ir al espacio o que el gobierno te mantenga?--le pregunta, pues sabe que lo que Alfred dijo es muy difícil que pase.
--Creo que no. Anda, que me saldrán raíces.
--Ya voy, ya voy.
Alan busca una pieza que sea fácil de sacar. Al encontrarla, saca su garra y con mucho cuidado la empuja, para luego sacarla por el otro lado. La lleva hasta la punta, y comienza a bajarla lentamente. Pero la suerte no le favorece, pues de repente la puerta de la entrada se abre de golpe.
-- ¡Familia, ya llegue!--grita el pequeño león blanco, que fue traído por la madre de Rafa.
La vibración por el golpe de la puerta con la pared hace que la estructura se balancee suavemente, y el susto que el grito de Alex dio provoca que Alan pierda la concentración y suelte la pieza. En un efecto slow motion, puede ver como la pieza cae de golpe y balancea de un lado la estructura, después a otro, y a otro, para luego comenzar a caer, desmoronándose ante sus ojos. Trata desesperadamente de meter las garras para detenerlas, pero es inútil. En su cabeza, el ruido de las piezas al caer provoca un eco mortal, como si hubiera explotado una bomba muy cerca de el.
-- ¡NOOOOO!--grita, para luego dejar caer su cabeza sobre la mesa.
-- ¿Qué pasa?--pregunta Alex, confundido.
--Nada, solo que Alan pagará todo el próximo viernes por haber perdido--le explica Alfred.
--Que bien. Vaciaremos su cartera.
--No lo harán--levanta su rostro y señala a Alex--. Me asusto. No vale.
--Oye, yo no te dije nada cuando estuve a punto de perder por que tú escupiste tú bola de pelos, y eso que sabías que lo ibas a hacer. No culpes a Alex de tú mala concentración.
--Si, ni pareces un felino.
--Alex, ya llegaste--le dice James que acaba de salir por el pasillo. Va con el y le besa la mejilla.
--Hola tío James.
-- ¿Qué pasa aquí? ¿Por qué Alan tiene cara de querer matar a todos?
--Es que tendrá que pagar todo el próximo viernes por perder una partida de Jenga.
-- ¡Momento, momento!--se escucha gritar a Frank, quien sale de su habitación con el traje de un portero de soccer, con capa y antifaz-- ¿Cómo que "Jenga"?--eso último arremedando a Alfred.
-- ¿Qué coños te pasa? ¿Y ese traje?
--A ver--se acerca y le da un zape a Alfred--, el que hace aquí las preguntas soy yo. Si no te gusta dime y llamo para que producción traiga a Simba o a Kimba o al que pone su rostro para un estudio de cine... o a otro león famoso, que hay muchos más guapos que tú.
-- ¿Pues que hice o que?
-- ¿Cómo que qué hiciste? Si esta clarísimo. Dijiste Jenga.
--Por que es el nombre del juego.
--Si, pero no se pueden pronunciar marcas, no pagan la publicidad. Mejor di "juego de torre de palitos que se caen". Suena mejor. Anda.
Alfred esta a tan solo milesimas de segundos de hacerle una señal obscena, pero no con Alex presente. No tiene más que seguirle el juego.
--Vale. Es que tendrá que pagar todo el próximo viernes por perder una partida del juego de torre de palitos que se caen. ¿Feliz?
--Si, hasta suena mejor. No te metas goles.
Y tal como llego, se sale corriendo por la puerta principal. Erick sale de su habitación.
--No me digan que se salio a la calle así--pero nadie responde-- ¿Por qué se quedan callados?
--Dijiste que no te dijéramos--le contesta Alex.
--Buen punto--se dispone a salir, pero James lo detiene.
-- ¿Y ahora que le pasa?
--Es que vio un programa mexicano, y le gusto un personaje, uno creado por un tal Eugenio Derbez, uno de esos comediantes raritos. El personaje se viste de portero y evita que se digan marcas comerciales en televisión.
--Pero esto no es televisión.
--Lo se, pero ya vez que cuando se le mete un personaje en la cabeza no se lo saca para nada. Recuerda que cuando se obsesiono con el teatro griego salió a la calle con una toga por dos semanas. Hubiera sido más, pero una ráfaga de viento lo convenció de que no era buena idea seguir saliendo así.
--Erick, no es nada que no se hubiera visto en Equus. Las fotografías que tomaron secretamente en la obra aun circulan por Internet--le recuerda Alfred.
--Oye, ¿y tu como sabes?--le pregunta James fingiendo indignación.
--Amor--se acerca a el y lo abraza--, no veo cual es el problema si todos lo vimos en la obra.
-- ¡Alfred!--le da un leve codazo en las costillas.
--Vale, lo siento, lo siento--a pesar de que sabe que a James no le molesta, le da un beso de disculpa.
--El punto es--sigue Erick como si no hubiera escuchado el comentario de Alfred--que al menos la toga se le veía bien. Ese traje no.
Se apresura a salir de la casa para alcanzarlo.
--Al menos el papel es cómico--admite Alan--. Pero bien, creo que ire a hacer cuentas de lo que voy a gastar el viernes--se levanta y se va a su habitación.
Alfred mira a James a los ojos, como si se sintiera ofendido y buscará consuelo.
-- ¿Crees que Simba es más guapo que yo?--le pregunta el león a su lobo.
--No cosita, tú eres más guapo que cualquiera de los actores de Disney.
-- ¡Momento!--en la ventana de la sala aparece Frank-- ¿Cómo que Disney? ¿Qué es eso? Mejor di "estudio de cine del ratoncito homosexual". Aplica también para la Warner Brothers, solo cambia ratón por conejo.
Alfred mira a James y luego a la ventana. El lobo entiende el mensaje, y va a la ventana para cerrar la cortina.
-- ¡Oye! ¡No desobedezcas! Puedo llamar a Balto que es mitad lobo y actúa mejor que tú. ¡Y esta mucho más proporcionado sexualmente!
Alfred abre los ojos como platos. James lo mira, volviendo a fingir su indignación.
-- ¡Alfred!
--Lo siento, no lo pude evitar.
James se acerca a el y lo abraza, para morder suavemente su cuello. Alfred le acaricia la cintura y muerde su oreja, disfrutando este momento juntos. Pegan más sus cuerpos, sintiendo los movimientos de sus pechos al respirar. De no ser por la presencia de Alex, las caricias subirían de tono y los llevarían directo a la habitación, donde harían el amor durante un largo rato, pero ya tendrán tiempo para eso en la noche. Los quejidos de Frank hacen que se separen.
Por la puerta entra un Erick trayendo a Frank de la oreja como un niño.
--Pero mucha gente ahora esta promocionando cantidad de productos gratis. No puedo permitir eso--le trata de explicar.
--Pues tendrás que hacerlo. Ya bastante ridículo hiciste con lo de la toga. Si quieres vestirte así tendrá que ser aquí, y solo aquí.
--Oye--se logra soltar, sobándose la oreja--, tú no eres mi madre. No puedes darme órdenes.
-- ¡A tu habitación!
--Vale vale, ya voy.
Frank camina a su habitación con Erick detrás. Una vez ambos dentro, cierran la puerta. Los dos leones y el lobo que quedan en la sala siguen sorprendidos. Alfred es el primero en hablar.
--Sabía que esa relación traería a otro loco a la casa. Ahora un dominante. Bien.
--Por suerte nada de eso puede pervertir mi joven mente--dice Alex.
--Obvio, ya no se te puede pervertir más--Alex le responde con una patada en la pata. Alfred lanza un grito y se para en una pata mientras masajea la otra-- ¡Oye! ¿Por qué ahora me pegas?
--Me lo pego Rebe, tu editora.
--Era de esperarse que lo aprendieras de una bruja oportunista y manipuladora.
--No le digas así, se enterará.
--Claro que no.
--Las paredes tienen oídos papá--le señala su hijo levantando la garra. Alfred capta el mensaje al instante.
--Chantajista--saca de su cartera un billete de diez euros y se lo da--. Aun así, ella ya sabe que es una bruja.
--Nunca se lo has dicho amor--le dice James que ya había vuelto a la cocina.
--Claro que si, a sus espaldas, a diez metros de distancia y en un susurro, pero se lo dije--al no obtener respuesta se tapa el rostro con la cara--. Dios, soy un cobarde. Hijo, vete y no sufras la vergüenza de tener un padre cobarde. Ponte una bolsa en la cabeza y no digas que eres mi hijo.
--Vale--responde como si no le importará--. Tío James, ¿me avisas cuando este la comida?
--Si Alex.
El cachorro toma su mochila y entra en su habitación.
--Esperaba consuelo de su parte--dice Alfred.
--Ni yo te lo creí amor. No eres bueno actuando--afirma James, que le esta dando la espalda.
De repente siente las garras del león deslizarse por su cintura, y su calido aliento en su cuello.
--No dices lo mismo cuando estamos en la cama.
--Las cosas... son diferentes ahí--la garra derecha comienza a meterse en su pantalón--. Amor, estoy haciendo la comida.
--Vamos, solo un momento. No te tomará ni cinco minutos.
--Sabes que no me gusta hacerlo así.
--Claro que si, te excita la sensación de que nos puedan ver. Es tan placentero, y no lo puedes negar.
--No... en serio amor, trato de hacer la comida. Me estas... desconcentrando.
--Anda, no tardaremos mucho.
--Alfred, no es no. En la noche podemos hacer lo que quieras, pero orita no--trata de contenerse ante los besos del león en su sensible cuello--. Si sigues me voy a enojar.
-- ¿En serio? Suena excitante.
--Amor, basta.
--Vale, pero más te vale que cumplas esta noche.
--Sabes que si.
Le da un último beso en la mejilla y camina hacía el pasillo.
--Estaré en mi habitación. Me avisas cuando este lista la comida.
--No tengo que decirte, tu olfato te va a avisar.
Momentos antes, Frank es lanzado directo a su cama, para luego sentir a Erick acostarse sobre el, inmovilizándolo. Se apresuro a sujetarlo de las patas para que no pudiera hacer ningún movimiento.
--Amor, ¿en que estas pensando?--le pregunta el huskey.
--En ti.
--Aparte. ¿Cómo te atreves a salir vestido así a la calle? ¿Qué pensará la gente?
--No me importa lo que diga la gente. Tengo que cumplir con mi deber como Súper Portero.
--Amor, entiendo que te haya gustado ese papel, pero no puedes estar por ahí así nada más. No todos piensan como tú--le quita el antifaz.
--Lo se. Pero así podré estar repartiendo risas por todos lados. No puedes negar que es gracioso.
--Eso si.
--Tú me abriste los ojos amor, me mostraste que la vida es algo que he de disfrutar hasta el último instante. Quiero compartir con todos la felicidad que siento.
-- ¿Pero tienes que salir vestido así?
--Mientras más ridículo me vea mejor, ¿no lo crees?
--Bueno si, pero... ¿y si te meten a la cárcel como la vez de la toga?
--Nadie puede andar por ahí sin tener antecedentes. No es divertido.
--Díselo a Alfred. Él esta totalmente limpio.
--Existe una diferencia muy grande entre cometer un delito y que te descubran cometiendo uno. Yo se de muchos delitos que ha cometido Alfred para cumplir con su labor.
--Bueno, pero es por que esta trabajando. Podría justificarse ahí.
--Yo también estoy trabajando: ensayo un papel.
--Eso no es trabajar. Si quieres puedes salir, pero no vestido así. ¿Vale?
--Pero... vale--refunfuña.
--Y no me rezongue o me voy a enojar.
Con un movimiento rápido Frank gira e invierte los papeles, ahora estando el encima de Erick.
-- ¿En serio? ¿Y que podrás hacer si estoy encima de ti?
-- ¿Por qué lo averiguas?
Se dan un calido beso y se funden en un fuerte abrazo, dejando que sus cuerpos respondan a esa pregunta.
Varios minutos después James llama a todos a comer. Desde que Erick aceptó ser novio de Frank, ha comenzado a pasar más tiempo en casa. No falta mucho para que se introduzca como nuevo inquilino. Mientras comen, platican sobre todo lo que han hecho el día de hoy.
--Me esta yendo bien en la empresa--comienza a decir Harturo--. Estoy desarrollando un nuevo navegador que sea mucho mejor que el FireFox.
Frank da un golpe en la mesa, lo que sobresalta a todos.
--No puedes decir marcas mi chavo.
-- ¿Cómo que marcas?--pregunta, pues el no ha sabido nada del juego de Frank.
--Pues claro. Como que FireFox. ¿Qué es eso? ¿Zorro de fuego? Fuego, pasión, sexo. Mejor di zorro en celo y ya, queda mejor. O Harturo en celo--a esto Harturo le responde con una señal obscena con el dedo--. Y no me rezongue, o llamo al que salio en El Zorro y el Sabueso, que aunque este chaparrito si la hace.
Harturo voltea a ver a Alfred, que con la mirada le esta pidiendo que le siga el juego. Harturo solo suspira.
--Un nuevo navegador que sea mucho mejor que el zorro en celo.
Todos contienen una risa al escuchar lo que salio de los labios de Harturo. Este solo mira hacía el cielo, como si pidiera ayuda divina.
-- ¿Ya vez? Suena hasta mejor. Todos pagarían por algo mejor que un zorro en celo.
--Pudrete--le contesta, aunque también se ríe.
-- ¿Podemos dejar eso ya y seguir con lo que estábamos?--pregunta Alfred unos momentos después. Pero en vista de que nadie habla, Alex decide seguir.
--Pues la maestra nos dijo que entraría un nuevo alumno, aunque no nos dijo nada sobre el.
--Que raro. Me costo algo de trabajo que te dejaran entrar a ti. Me cuesta creer que han dejado entrar a alguien más--dice Alfred.
--Pues dijo que el director se conmovió mucho con el, y lo dejo entrar. Estará desde mañana.
--Bueno, será interesante saber que pudo conmover al director--señala James.
--Si, quizá sea buena idea que alguien que este infiltrado investigue--opina Alan mirando a Alex.
--Oye, yo no soy un chismoso. No voy a andar investigando cosas que no me importan.
--Solo digo que hagas algunas preguntas, no que te metas a la oficina del director a preguntarle.
--Tú lo harías, te conozco--dice Alfred.
--Pues me ofendes. He cambiado.
--Si, a otro perro con ese hueso.
--Los dos, basta--los detiene James, que se ha convertido en el referí de sus peleas--. Alex no va a andar investigando nada para ustedes--en un susurro le dice al pequeño león--. Pregúntale al intendente, ellos siempre saben todo.
Alex solo se queda callado y mira su plato. "No tengo nada en contra de que me haya tocado una familia con miembros homosexuales. Pero, ¿no podían ser al menos un poco más maduros?", piensa, mientras evita el pan que le acaba de lanzar Alan a Alfred.
Al día siguiente, en el salón de Alex, todo es un enorme desorden. Aprovechan los últimos minutos antes de que el timbre suene y de inicio a las clases. A pesar de que la maestra ya ha entrado, el desorden sigue. Ella le hace un ademán a Alex para que se acerque.
--Buenos días maestra.
--Buenos días Alex. ¿Cómo están las cosas en casa?
--No me quejo. Tengo todo lo que necesito.
--Me alegra escuchar eso. Al menos se que no te han corrompido del todo.
--Lo intentan, pero soy mas listo que ellos.
--Eso si.
--Y, ¿has tenido alguna duda que tú papá no te haya podido responder?
-- ¿Sobre que?
--Bueno, sabes que a tú edad es normal que te surjan muchas dudas sobre todo. Y como tú papá es homosexual, habrá algunas cosas que el no te podrá contestar.
--Eso lo se, pero trato de aislar las preguntas que aun no debo hacerme por mi edad.
--Oye, eso es bastante listo--le alborota la melena--. Eres como mí hijo. Era igual de inteligente.
--Sería imprudente preguntar que les paso.
--A tú edad es una de las preguntas que deberías aislar hasta que entiendas del todo al amor. Ahora vuelve a tú lugar, que ya van a timbrar.
Alex se vuelve a sentar, mientras Rafa y Eduardo le preguntan que le dijo la maestra. El les explica mientras el timbre suena, dando inicio a las clases. Un momento después entra un pequeño dragón. La maestra se levanta y lo recibe.
--Niños, silencio, por favor--tras unos segundos todos guardan silencio--. Quiero presentarles a un nuevo estudiante. Estará con nosotros de ahora en adelante. ¿Cómo te llamas pequeño?
--Roberto Alabau Gragera, pero mis amigos me dicen Roberto.
--Que lindo nombre. Y también eres un niño bastante guapo. ¿Por qué no te sientas a lado de Alex?--señala al león blanco. El dragón asiente y camina hacía la banca. Pero en lugar de saludar a Alex, solo se sienta y mira hacía el frente--. Bien niños, tomare asistencia y quiero que cuando los mencione digan algo de ustedes para que Roberto comience a conocerlos.
Uno a uno, la maestra va nombrando a los presentes, que dicen algunas de las cosas que les gustan. Al pasar por Alex este no puede evitar hacer una broma que hace reír a todo el salón, incluido a Roberto. Una vez que todos han terminado, la maestra le pide a Roberto que se presente.
--Puesss, me gusssta la músssica pop, el helado de vainilla, los videojuegosss, sssalir a correr, y cosasss asssí.
--Suena interesante. Es bueno que a tú edad hagas ejercicio. Eso es algo que todos los demás deberían hacer, así crecerán más fuertes y más grandes. Pero bueno, hay que empezar las clases.
La maestra comienza a escribir algunas cosas en el pizarrón. Aprovechando que esta de espaldas, los niños vuelven a platicar. Alex aprovecha para conocer a Roberto.
--Hola Roberto--el voltea.
--Hola.
--Yo soy Alex, el es Rafa, y el Eduardo. Mucho gusto.
Los tres lo saludan, saludos que Roberto les devuelve con una sonrisa.
-- ¿Te gustaría estar en nuestro grupo? Así seremos cuatro en lugar de tres--le pregunta Rafa.
--Pero dejaríamos de ser un trio... para ser un cuarteto--dice Eduardo.
--No veo cual es el problema con eso. Entonces, ¿te unes?
--Sssi--contesta el pequeño dragón, mientras le da la garra a Alex para confirmar.
La maestra voltea justo para verlos. Sonríe, remontándose a la época en que vio a sus hijos en una escena similar. Nunca podrá ser como la madre de Alex, pero estar cerca de el la hace sentirse madre de nuevo. Conoce la historia de Roberto, y le alegra que Alex se acerque a el, pues sin duda será un gran apoyo para el, alguien que luchará para defenderlo.
Durante todas las clases los cuatro se la pasaron platicando. Pero Alex busca conocer algo en particular. Tiene la misma personalidad investigadora y chismosa de su padre, y aunque lo niegue, quiere saber por que tardo tanto en entrar a clases. Y aunque le cuesta algo de trabajo tomar el tema, durante el receso lo logra.
-- ¿Y por que entraste hasta ahora?
--Bueno, no me querían dejar en otrasss essscuelasss.
-- ¿Por qué?--pregunta Rafa.
--Esss algo complicado. Aunque mi papá ya me dijo aun me cuesssta entenderlo.
-- ¿Es algo grave?
--No lo ssse. Esss que nunca había essscuchado sobre essso. Dissse que cuando nasssí mi mamá me passso por accidente un virusss, algo que se llama VIH.
-- ¿VIH? ¿Y eso que es?--pregunta Eduardo.
--No me han explicado. Y mi papá dissse que no debo desssirle a nadie, que me explicará cuando sssea mayor.
--Pues nosotros no le diremos a nadie, puedes confiar en nosotros.
--Gracias.
-- ¿Y vives cerca?--cuestiona Eduardo.
--Si, a unas calles de aquí. ¿Por?
--Es que los viernes en mi casa, mi papá y sus amigos se reúnen a tomar, y no les gusta que este yo. Dicen que es una mala influencia para mí.
--Y por eso el se va a casa de uno de nosotros a dormir, y ya mejor nos reunimos los tres--añade Rafa.
--Y como ya eres parte de nosotros, ahora nos reuniremos en tú casa--prosigue Eduardo.
--Tranquilo, cada quien llevará algo para comer. Tampoco nos gusta parecer gorrones.
--Por mi no hay problema. Solo tendría que decirle a mi papá y ya, aunque se que a el le gustaría mucho que fueran.
--Ya esta dicho entonces. Es el turno de Rafa de poner los juegos, Eduardo y yo invitamos la comida, y tú pones la casa este viernes.
--Pero creí que le tocaba a Rafa--dice Eduardo.
--Mejor así. Mi hermano dice que también saldrá el viernes, y que mis papas nos agradecerán si los dejamos solos, quien sabe por que.
--Bueno, vamos a seguir jugando antes de que timbren para entrar--propone Alex, a lo cual los otros tres asienten.
Alan mira a Zashi, después besa su pecho una y otra vez. Acostados en su cama, disfrutando su tiempo juntos. Ha planeado esta noche hacer el amor con el, y parece que Zashi esta de acuerdo. Sin embargo, a él algo le molesta.
--Amor, estoy algo preocupado por lo que dijiste, de la deuda que tienes.
--Lo se. Alfred prometió ayudarme, pero no quiero que se meta en problemas por mi culpa. Creo que lo mejor es que lo arregle yo.
--Pero... sabes lo que te pidió. No me gustaría que algo malo pasara.
--Y me sentiría peor si eso le pasa a Alfred. No, tengo que arreglar esto yo solo. Siempre he tenido el apoyo de Alfred cuando me siento en problemas. Tú me cambiaste, y entre ese cambio, esta dar la cara yo, y no mis amigos--se pone de pie y mira a Zashi--. Se el riesgo que puedo correr amor, pero debo hacerlo para sentirme bien. De lo contrario seguiré siendo un gato asustadizo.
--Pues me siento orgulloso de que sea así--se para y lo abraza--. Me alegra ver el nuevo Alan que mi amor ha creado. No importa lo que pase, seguiré amándote.
Alan sonríe y le planta un dulce beso en sus labios, mientras sus garras acarician su espalda. Ese beso lo llena de valor, lo hace capaz de enfrentarse a lo que sea. No dejará que nadie le haga daño a los seres que ama, y si tiene que sacrificarse para evitarlo, lo hará.
Tras romper el beso saca su celular y marca un número. Suena tres veces hasta que se oye una voz contestar.
--Alan, que gusto saber de ti.
--Alberto, tenemos que hablar. Quiero llegar a un trato sobre la deuda que tengo contigo.
--Tú dirás que es lo que quieres.
--Pero no por aquí. Dime donde te veo e iré.
--Vale. Esa voz me agrada mucho. Apunta.
Alan saca una nota y comienza a anotar la dirección que le dicta. Una vez que termina, cuelga, toma la nota y le da un último beso a Zashi.
-- ¿Estas seguro de que quieres arreglar las cosas ya?
--Ya no puedo esperar más amor. He sido un cobarde por mucho tiempo. Quiero cambiar, por mi bien debo hacerlo.
Sin decir más, sale de su habitación decidido a defender a los que ama, pero sobretodo, a defenderse de si mismo.
Instintivamente, todo ser vivo busca como sobrevivir. El trabajo en equipo no es más que una escalera para que el más listo y ágil, si así lo quiere, escale y alcance la supremacía. No por nada se dice que la evolución es para la especie más fuerte. El querer luchar por nuestros ideales a veces también lo hacemos para generar un cambio en nuestra vida. Esto genera una satisfacción, pues estamos haciendo cosas diferentes a las que usualmente hacíamos: nueva conducta, nuevo pensamiento, nuevos actos, nueva vida. Y no ejercemos ese cambio por otras personas, sino por nosotros mismos, para sentirnos mejor, para satisfacer al pequeño ególatra que tenemos dentro bajo la excusa de que hemos cambiado por completo nuestra vida. Y también nos hace sentir bien que los demás noten ese cambio, y nos hagan saber que lo han visto, pues nos sentimos orgullosos de nosotros. Es el caso de Alan, del superficial gato que fue por siempre, se convirtió en algo más sentimental, y que acepta las consecuencias de sus actos. El que sus amigos lo noten lo hace sentir que esta haciendo algo bien, y lo impulsa a seguir cambiando, para así seguir escuchando esos buenos comentarios sobre su persona.
--Estoy aburrido--dice un tigre siberiano. Esta sentado, lanzando una pelota hacía la pared-- ¿No podemos salir por unas putas? Estefanía ya prometió hacerme un descuento.
--Después de las tonterías que has hecho estos días, lo mejor es que te quedes aquí--le responde alguien oculto entre las sombras de la casa abandonada donde se encuentran. Mira por la ventana, evitando tener todo contacto con la luz--. Si te portas bien más tarde traeré unas.
--Vale, pero asegúrate que no tengan nada. No tengo ganas de andar peleando con un condón.
--Ultimadamente te vas a morir.
--Pero quiero morirme sano.
--Ninguno de nosotros es gente sana. Y deja de quejarte, revisa la linea.
--Vale, vale--el tigre se pone unos audífonos y abre una computadora portátil. Un momento después habla--. Llamo a la casa de juego para revisar que todo este bien, pero no ha vuelto a llamarle Alan.
--Estupendo--mira con más atención--. Parece que Alan va llegando--y si, en la calle aparece un gato, que sin duda es Alan. Un momento después aparecen tres suburban negras.
-- ¿Por qué los narcos siempre traen suburban negras?--pregunta el tigre.
--Supongo que es más fácil blindarlas, y cargan más armas.
--Debimos ser narcos. Estaría dándome un viajezote y podría matar despiadadamente.
--Ocúltate ya, no vayan a vernos.
El tigre vuelve a las sombras mientras el sujeto de la ventana abre una maleta y comienza a armar algo.
A unas calles de ahí, Alan observa a un toro bajar de la suburban que se acaba de estacionar frente a el. Lleva un traje bastante caro. A sus espaldas van un par de dobermans armados.
-- ¿Era necesario que trajeras a tus guaruras?--pregunta Alan.
--En este negocio no puedo confiar en nadie Alan.
--Las drogas no son fiables a largo plazo.
--Sin embargo, sigue siendo un buen negocio. Jóvenes inocentes que creen que pueden controlar la adicción, deseosos de sentirse llenos de energía, imparables. Sus padres creen que con sermonearlos basta para detenerlos. ¿Por qué no entienden que en esta vida uno viene a disfrutar al máximo? Yo solo les doy una probadita, para que puedan decir que ya han probado drogas. Si después no pueden controlar su adicción no es mi problema.
--Eso no explica por que no crees en mí. Si te mato sabrán que fui yo, por que viniste a verme.
--Así es. Pero mis guardaespaldas no vienen por ti. Si trataras de dispararme--abre su traje para mostrar un "Desert Eagle"--, te volaría la garra antes de que pudieras apuntarme. Si vienen es para protegerme de otros traficantes. Tú lo dijiste, no es fiable este negocio a largo plazo. Últimamente la competencia se ha puesto violenta. Ya perdí a dos hombres en un tiroteo. Pero son reemplazables. En fin, hablemos de negocios. ¿Qué tienes para mí?
--Quiero cambiar el trato. Pagaré lo que sea...
--Alan, Alan, Alan--lo interrumpe--. Deudas de juego son deudas de honor. Se que eres un felino orgulloso, como todos. Yo se que no quieres quedar mal conmigo, pero tu hiciste un trato, y lo tienes que cumplir.
--Siempre puedo cambiarlo.
--Pero yo no quiero que lo cambies. Aunque... puedes cambiar de lugar con ese novio tuyo.
-- ¡Ni se te ocurra!--Alan saca sus garras, y de no ser por los hombres armados, ya se le hubiera lanzado encima.
--Supuse que no aceptarías. Así que tendrás que hacerlo tú. Se que no es de tú agrado, pero te gane. La última vez tú me ganaste, y no estuve de acuerdo con lo que tuve que darte, pero aun así acepte. Es justo que tú aceptes lo que tienes que hacer. Puedes ofrecerme todo el dinero que tengas, pero no cambiare de opinión. Así que, si no hay nada más de que hablar, vete. Vendrán unos clientes y no quiero que los espantes.
Alan le insulta por lo bajo, para luego irse deprisa de ahí. Alberto solo se ríe, mientras fantasea en todo lo que hará.
En la ventana solo se alcanza a ver la punta del rifle, y el leve reflejo de la mirilla. Las garras de un tigre se posicionan sobre el gatillo. Apunta directo a la cabeza del toro, justo entre los cuernos.
--No entiendo, odiamos a Alfred Sherford y a todos los que le rodean. ¿Por qué protegemos a Alan?
--Por que lo quiero feliz para que le duela más el perder todo lo que ama cuando lo tenga entre mis garras--un par de suburban aparecen del otro lado de la calle, de las cuales bajan otros hombres armados. Antes de que el toro haga algo, el extraño dispara, metiendo una gruesa bala en su cabeza, matándolo al instante. Con esto, el tiroteo entre bandas rivales comienza. El extraño se levanta y mira el tiroteo.
--Que malo que Sherford no se encarga de la nota roja--dice el tigre, que esta a lado del extraño--. Si fuera así solo tendríamos que esperar a que llegara y listo.
--No es muy justo la vida. Sin embargo, tengo mejores planes para el.
--Espero que sean buenos. El descanso de Estefanía esta por comenzar, ¿quieres ir?
--Sabes que tengo dueña. Pero puedo aprovechar para comer algo.
Dicho esto, los dos desaparecen entre las sombras.
Al llegar a casa, Alex fue directo a la computadora en la habitación de Gami. Comienza a buscar algo acerca del VIH, y aunque no entiende mucho de los conceptos que en los artículos vienen, tras investigar más a fondo comienza a entender más. De repente Alfred entra en la habitación y lo ve.
-- ¿Qué haces hijo?--pero se queda mudo al ver lo que esta buscando-- ¡No veas eso!--apaga la pantalla y abraza a Alex.
-- ¿Por qué?
--Se que entiendes de que trata esto, pero es demasiado complicado, y no quiero que veas la inmundicia que rodea un tema como este, la cantidad de gente que discrimina y humilla a los infectados de VIH.
--Papá...--Alfred no se ha dado cuenta de que esta apretando demasiado fuerte--... me aprietas.
--Si, te aprieta, te oprime el pecho que no puedas hacer nada por luchar contra toda esa discriminación.
--Me... me lastima...
--Lo se, a mi también hijo, es horrendo que todo esto este ocurriendo en una sociedad como la nuestra.
--No puedo respirar...
--Si, yo tampoco puedo respirar el mismo aire que respiran los bastardos que discriminan a gente tan débil. Es injusto.
--James te esta engañando con Alan.
-- ¡¿Qué?!--dicho esto suelta a Alex.
--Es mentira. Lo siento papá, pero solo así me ibas a soltar. No me dejabas respirar.
--Ah... era por eso.
--Si, pero aun así estoy de acuerdo contigo. Es injusto el trato que se les da.
--Lo se. ¿Pero por que estas investigando sobre el VIH?
--El nuevo niño, Roberto, nació con el virus. Al parecer por eso no lo querían dejar entrar.
--Eso no es justo. Las leyes prohíben la discriminación.
--Pero a muchos les gusta más el dinero, ¿o no?
--Bueno, en eso tienes razón.
--Al parecer el director se quiso arriesgar. Espero que no le vayan a decir nada.
--Pues ojala. Si no dejaron que entrará a otras escuelas por eso, cuando sepan que ya esta inscrito irán a reclamarle.
--No me parece correcto.
--No hay mucho en esta vida que sea correcto hijo. Anda, vamos a comer.
Ambos salen de la habitación. Alex solo piensa en lo que podría pasarle a Roberto. El es uno de esos amigos que con solo verlo una sola vez sabes que será un amigo para toda la vida.
En la noche, Alan se encuentra en su habitación, impactado. En las noticias se habla sobre un tiroteo entre narcotraficantes, en donde murió Alberto Monte Solís, el toro con el que acababa de hablar. ¿Golpe de suerte? Quizá. Es bastante raro que justo con la persona con la que acaba de hablar de repente muera en un tiroteo. Aunque por un lado se alegra, pues no tendrá que pagar esa deuda que debe, y no pondrá en riesgo a sus amigos.
Siente los brazos de Zashi rodear su cuello. Se siente más tranquilo una vez que ha hecho eso.
--Parece que la fortuna te favoreció esta vez amor.
--Eso parece. Aunque me cuesta creer que ha muerto. Se me hace bastante raro, ¿Por qué no murió antes?
--Quien sabe. Pero anda, no te preocupes ya; te libraste de tu deuda, pero tuviste el valor de ir a hablar con el.
--Eso si. Así ya nadie podrá hacerte daño--se da la vuelta y lo abraza. Apaga la televisión y lo lanza a la cama para acostarse sobre el-- ¿Tendrá algún plan para esta noche?
--Bueno, solo complacer a este lindo gatito.
Se abrazan con fuerza, como deseando poder con esto poder unir sus cuerpos. Lentamente, y con sensualidad, entre los dos se van desvistiendo entre besos y caricias, aumentando el calor de sus cuerpos. Su ropa va cayendo en el suelo, prenda por prenda, dejando descubiertos sus cuerpos. Poco a poco la pasión de sus besos crece más y más. Sus respiraciones se aceleran, sus corazones laten al unísono, sus cuerpos se unen poco a poco. Alan comienza a bajar, lamiendo su cuello, acariciando por completo su pecho, sintiendo sus pulmones respirar agitados. Sigue con su pecho, pasando su lengua lentamente por cada centímetro de su pecho. La húmeda lengua felina le saca a Zashi más de un gemido, presa de una sensación nunca antes vivida. Se deja llevar, que su corazón tome el lugar de su cerebro. Quiere disfrutar este momento con el gato que más ama en este mundo, y quiere disfrutarlo al máximo, sin la sensación de que su cerebro esta inconforme. Quiere sentir su corazón vibrar, latir con la máxima fuerza posible. Quiere saber lo que es el amor, no el sexo, el amor puro.
Las garras de Alan no dejan de explorar el cuerpo desnudo de su pareja, con la delicadeza que el se merece. Siente como la temperatura de Zashi aumenta, como su pelaje se va empapando con las primeras gotas de sudor que su cuerpo usa en vano para disminuir el calor que ahora siente. El aroma que despide aumenta la excitación de ambos. Alan sube hasta tenerlo de frente, sus ojos fijos en los ojos del otro, tomados de las garras, con sus cuerpos juntos. Unen sus labios una vez más en un beso apasionado, mientras se sujetan con fuerza de las garras, como temiendo que así fueran a evitar que algo los separara de ese mágico momento que ahora están viviendo.
Sin romper el beso, Alan acomoda a Zashi, alineando su miembro con la entrada de su ano. Rompen el beso, más no alejan demasiado sus labios. Con los ojos cerrados y la respiración acelerada Alan pregunta.
-- ¿Estas seguro de querer?
--Totalmente seguro. Lo que más deseo es estar contigo.
Alan no responde. Simplemente vuelve a besarlo mientras comienza a introducir lentamente su miembro dentro de Zashi. Ambos rompen el beso y pegan sus frentes, mientras lanzan suaves gemidos de placer. Para ambos, hacerlo esta vez por amor, es algo totalmente diferente, algo más... sublime. Termina de introducir todo su miembro dentro de Zashi, para comenzar a embestirlo suavemente. Con cada embestida ambos dan un fuerte gemido, presas de la placentera sensación, totalmente nueva para ellos. Zashi comienza a acariciar con sus garras a Alan, con la misma delicadeza y sensualidad que el, mientras disfruta de la muestra de amor que ambos están realizando. Alan se sujeta con una garra a Zashi, mientras con la otra comienza a masturbarlo. Zashi lanza un gemido más fuerte al sentir el pelaje de Alan rodeando su miembro, mientras siente como sus embestidas comienzan a tomar más fuerza. Trata de devolverle a Alan el placer que él esta sintiendo presionando su ano. Alan responde con un fuerte gemido, y acelera sus embestidas, cada vez más rápidas, más fuertes. Siente como las garras de Zashi recorren fugazmente su cuerpo, sus labios besan su cuello, sus colas acarician las piernas del otro. Sienten como todo el mundo a su alrededor desaparece, para ser reemplazado por el infinito espacio que su amor ha creado. Incapaces de decir si llevan un par de minutos o un par de horas dentro de esa habitación. Alan solo puede sentir como su miembro comienza a hincharse de semen, al igual que Zashi. Saben que el momento se acerca. Alan lo embiste con toda la fuerza posible, pero a la vez con la delicadeza que el acto requiere. Sin poder contenerse ni un momento más, comienza a eyacular dentro del cuerpo de Zashi, que hace lo mismo al sentir el tibio líquido que ahora se encuentra en sus entrañas. Los pelajes de ambos se llenan de semen, mientras de sus bocas solo sale un placentero y largo gemido.
Al terminar, Alan se desploma sobre Zashi. Ambos están exhaustos, pero sin duda pueden seguir por toda la noche. Levanta la cabeza y mira a Zashi a los ojos, lo mira con el mismo amor con el que lo vio el día que se conocieron. Ninguno de los dos dice nada, pues sobran las palabras, por que solo un beso puede expresar lo que en este momento ambos sienten. Y así lo expresan, con un beso dulce y apasionado, compartiendo el néctar de sus labios, reviviendo su muestra de amor con un simple y dulce beso que bien podría durar unos segundos, o ser eterno.
Unos días después del ingreso de Roberto, el director ve incrédulo la hoja que le presenta uno de los padres de familia, un elefante, famoso arquitecto de la ciudad, bastante conservador.
-- ¿Qué es esto?--pregunta el director, incrédulo.
--Discúlpeme director, pero no es un idiota. Sabe lo que es.
--Si, una carta donde usted y otros padres de familia se quejan por el ingreso del joven Roberto.
-- ¿Entonces para que pregunta?
--No me falte el respeto señor Openheimmer. Puede ser usted una persona muy importante en la ciudad, pero en este momento se encuentra en mi oficina, y debe respetarme y tratarme como la autoridad que soy.
--Pues no parece tener la capacidad para desempeñar el cargo. Últimamente ha estado cometiendo graves errores que podrían poner en riesgo su puesto. ¿Acaso creyó que no sabría también sobre el ingreso del joven Alejandro Sherford? No se como permiten que en esta institución estudien sidosos y bastardos...
-- ¡No le permito que hable así de ellos!--el director se levanta hecho una furia, a tal grado que asusto al elefante. Pero pronto este recupero su postura.
--Pues eso son. Uno tiene SIDA y el otro es adoptado, quizá hijo de una prostituta drogadicta.
--En esta institución no denigramos a nadie señor Openheimmer. Quizá desconozcamos los orígenes del joven Sherford, pero esa no es razón para que no se le permita el ingreso a esta escuela, y mucho menos al joven Alabau. Sin importar que clase de enfermedad tenga, no se le negará el derecho a aprender.
-- ¿Y que hay sobre los demás niños? Sherford vive en una casa de perdición, con homosexuales. ¿De que clase de cosas hablará con sus amigos?
--Alex es discreto, y no habla de cosas que sabe bien que no debe.
--Vale, pero Alabau podría infectar a los demás.
--Me sorprende que en esta época aun haya gente que cree que el VIH se contagia de ese modo, y que aun se les discrimine.
--Con todo el derecho se les debe discriminar. Es un castigo que se merecen...
-- ¿Merecer por que? ¿Qué ha hecho un niño de seis años?
--No a el, sino a sus padres. Sin duda ellos son un montón de...
--Ni una palabra más señor. No me obligue a llamar a Seguridad.
El elefante trata de controlar su rabia. Desea aplastar a ese insignificante director. Pero tampoco va a perder tiempo con esas tonterías.
--El comité directivo sabrá de esto.
-- ¿Y que hará? ¿Sobornarlos como lo han hecho en otras escuelas? Podéis relevarme de mi cargo, pero por ningún motivo permitiré que se haga su voluntad. Ahora hágame el favor de retirarse.
El elefante sale de inmediato y azota la puerta. El director solo se sienta y mira la carta que le han mandado otros padres de familia. "Lo que hace el dinero", piensa. No se sorprende si para mañana han desalojado su oficina. Este era el riesgo, y lo sabía. Pero... vale la pena por defender lo que siente.
Ya ha dado el timbrazo de salida. Los pequeños cachorros de todo tipo de especies esperan ansiosos a sus padres en la salida. Los de más alto grado los ven con risa, olvidando que alguna vez estuvieron así. Un poco atrás, el pequeño grupo de amigos platican con un pequeño elefante acerca de lo que habían hecho durante el día.
--No creo que la maestra nos pida hacer de nuevo el trabajo--va diciendo Alex--. Digo, quizá lo hicimos mal, pero no es razón para que lo hagamos de nuevo.
--Si, además era bastante largo--añade Rafa.
--Quizá solo nos pida que lo corrijamos--sugiere el elefante, de nombre Miguel.
--Si, pero...
-- ¡Miguel!--grita un elefante mayor que se dirige hacía el. Al llegar, lo toma del brazo y lo aleja--No quiero que te vuelvas a acercar a estos.
--Oiga, estos tienen nombres--le reclama Eduardo.
--Si, y son mis amigos--aclara Miguel.
--No puedes tener amigos como ellos. Te harán daño.
--Disculpe señor--comienza a decirle Alex--pero no entiendo por que dice esas cosas.
-- ¿Y tú te lo preguntas? Viviendo en una casa de perdición, quien sabe que cosas estés aprendiendo de los que viven ahí.
--Lo que haga o deje de hacer en mi casa es asunto mío señor Openheimmer--le dice una voz a su espalda. Alfred Sherford le mira con toda la tranquilidad del mundo--. Sin embargo, mis amigos y yo sabemos lo que podemos y no podemos hacer con Alex en casa. Niños, vayan al auto.
Los cuatro se apresuran a dejar la escena, igual que el hijo del elefante.
-- ¿Por qué debería creerle a un pecador como tú?
--Por la misma razón por la que yo no debería creer en alguien que juzga a los demás. ¿Ya olvido su religión?
--Quien la ha olvidado es usted. Y más al pervertir a ese chico. Ya su vida esta bastante arruinada para que usted la termine de echar a perder.
--Mida sus palabras.
--No digo más que la verdad. No se como lo adopto, pero quizá escogió bien. Un pecador como usted con un bastardo cuyo padre no se sabe quien es, y su madre debió ser una prostituta o una drogadicta. Quizá el niño siga el mismo camino...
Pero no puede terminar la frase. Siente la garra de Alfred en su garganta, para luego estrellarse contra la pared. Le cuesta mucho trabajo respirar. Entra en pánico al sentir las filosas garras en su garganta. Entra en pánico. A pesar de ser más fuerte no sabe que hacer.
--Odio a los de su clase, se creen tanto solo por que tienen dinero y distinción--se acerca a tan solo dos centímetros de su rostro--. Pero cuando tienen el agua hasta el cuello, lloran como unas niñas.
Le suelta y se aleja. El elefante lo mira entonces furioso, mientras trata de recuperar el aliento.
--Sabrá de mi señor Sherford, usted y su hijo.
--Si, y su esposa sabrá de la señorita con la que sale todos los viernes de su oficina.
El elefante lo mira sorprendido, impactado por haber sido descubierto. Alfred da la vuelta y se va, dejando a un cobarde con los deseos de matarlo, solo con los deseos.
Alfred mira por el retrovisor a Alex. Viene bastante callado, algo raro en el.
--Vienes muy callado. ¿Pasa algo?
--Ese señor... le pegaste.
--Lamento que lo hayas visto, pero tenía que defenderte.
--Lo se. Es que... nunca te había visto así.
--Lo siento, no volverá a ocurrir.
--No hagas promesas que no podrás cumplir. Yo se que lo hiciste por mi, y que lo volverás a hacer.
--Escucha, se que estuvo mal. Créeme que hubiera querido que no pasara. Pero no podía dejar que te insultará.
--Lo se. Pero, ¿Por qué dijo todas esas cosas?
--Alex, sabes que hay gente que no piensa igual que nosotros. Ellos son... algo conservadores. Creen que nosotros somos un montón de pecadores por que no seguimos las normas de la Iglesia. Quizá hacemos mal, pero ellos también hacen mal al juzgarnos. No dejes que nadie te insulte por nosotros.
-- ¿Y por que dijo esas cosas de Roberto? Yo se como se contagia el VIH.
--Pero no todos quieren entenderlo hijo. Eso es algo con lo que tendrás que vivir por mucho tiempo.
--Si llego a ser abogado, me encargare de que no discriminen más a la gente.
--Hijo, llegarás. Sin embargo, tú solo no podrás. Pero ya me siento orgulloso de ti con solo escucharte decir eso.
Al detenerse frente al semáforo en rojo, se voltea y le alborota el cabello al pequeño león, para luego darle un beso en la mejilla. Alex solo sonríe, orgulloso del padre que tiene.
En su habitación, Frank juega con el cabello de Erick, que se encuentra acostado sobre su pecho. Les gustan esos momentos en que los dos no tienen deseos de nada más que estar solos y en silencio. En esos momentos un "te amo" es mucho más, y un beso causa una sensación dulce mucho más fuerte que en otros besos. Eso se lo sugirieron Alfred y James, que suelen dedicar un día entero a estar encerrados en su habitación en silencio y abrazados.
--Sabes, he estado pensando mucho--dice Frank.
-- ¿En mi?--le pregunta Erick mientras besa su pecho.
--Eso siempre amor. Pero esta vez pensaba en algo más serio.
-- ¿Dejaras lo del super portero? Por que ya no hay momento en que no nos interrumpas, y eso es prestar mucha atención.
--No, eso no. El super portero se quedará unos días más. Lo que quería decirte es que... bueno, es definitivo que ya te he contagiado.
--Si, y ya te dije que no me molesta. Quiero apoyarte en esto.
--Lo se amor, y te lo agradezco. Pocos harían lo que tú estas haciendo. Lo que quiero decir es que... hay tantos jóvenes iguales que tienen VIH. Mira al amigo de Alex. Y pues, muchos no tienen como pagar sus medicamentos. Ya vez que han aumentado mucho los precios y...
-- ¿Quieres iniciar una fundación que los apoye?--pregunta emocionado Erick mientras se sienta sobre su pecho.
--Pues si, creo que me leíste el pensamiento.
--Es lo que ocurre cuando te encuentras con tú alma gemela--se acuesta de nuevo sobre el a cuatro patas y pega su frente a la suya mientras le da un suave beso--. Me alegra mucho lo que quieres hacer amor. Eso es ser muy caritativo.
--Si, pero no va a ser tan fácil bebe. Necesito al maestro de las trampas en esta casa.
-- ¿A Alfred? ¿Por qué?
--Ya veras tontito--le devuelve el beso, para luego levantarse y cargarlo una vez que ha escuchado lo que parece ser el auto de Alfred.
La puerta se abre y el pequeño león blanco acompañado de su padre entran. Alan, James, Harturo y Zashi están en la sala con su atención puesta en la televisión. Frank sale de su habitación con Erick en sus brazos.
-- ¡Ya llegue!--grita Alex, a lo que los tres televidentes le responden con un chitido.
--Alex... eso lo iba a decir yo--le reclama Alfred--. Yo también--le vuelven a chitar.
--Calla, estamos tratando de entenderle a una nueva serie de la Twenty...--comienza a decir Alan, pero al notar la presencia de Frank, cambia sus palabras--... de la Siglo Veinte... apellido de ex-presidente mexicano.
--Bien, estas aprendiendo--le apremia Frank.
--Pero eso no es una marca.
--Es igual, la promocionas. Y no se debe hacerlo.
-- ¿Ya estas de su lado Erick?--pregunta James.
--Claro, es mi novio, tengo que apoyarlo. Tú harías lo mismo por Alfred.
--... este... te diré que... ¿por Alfred?
-- ¡Oye!--exclama el león y, aprovechando que el lobo esta solo en el sillón se lanza sobre el y lo inmoviliza, para luego comenzar a besarlo--Luego por que me enojo contigo.
--Eso de enojarse me gusta, ¿Por qué no desquitas tú coraje ahora?
--Estaría encantado--por alguna razón olvida que hay gente y comienza a desabrocharle la camisa. De no ser por un oportuno estornudo de Frank, que son bastante silenciosos, se detienen.
-- ¿Qué? Como si ustedes no hicieran lo mismo--dice James mientras se levanta y se abrocha la camisa.
--Si, pero no en público--contesta Harturo.
--Pues no se por que no nos detuvieron--señala Alfred--. Oportunamente Frank nos hizo darnos cuenta de que estaban aquí.
--Bien hecho Frank, yo que quería ver que pasaba--dice Alan, pero se abstiene de seguir al ver los ojos de Alfred.
--Este... como sea--Frank recuerda lo que quería pedirte--. Al, necesito tú ayuda, quiero una identificación falsa.
Todos se quedan impactados al escuchar eso, excepto Alfred.
-- ¿Quieres las fotos en blanco y negro o a color?
Voltean a ver a Alfred con la misma sorpresa, pero esta vez es James quien no se sorprende. Para el eso es algo natural el flash de la cámara de Alfred.
Todos tenemos metas en la vida, algunas más raras que otras, y no hablemos del modo por el cual se han de cumplir. Pueden ser tan ridículas como vestirse de portero para hacer reír a la gente, o arriesgarse a ir a prisión por ayudar a otros. Esa es la necesidad del hombre, demostrar que puede superarse, ser algo más de lo que era antes. Su instinto lo obliga a eso. Podemos decir cuantas veces queramos que lo hacemos principalmente por los demás, pero es imposible callar nuestro instinto, nuestra necesidad de sobrevivir en un mundo en constante cambio, donde nadie puede ser mejor que otro por siempre. Hemos cambiado la jungla y las cuevas por una jungla de asfalto y condominios con todas las necesidades a la mano, los pequeños grupos de caza por enormes civilizaciones, los palos y piedras por maquinaria autónoma, el trueque por el dinero. Con esa evolución de toda la civilización también vino la evolución de nuestra supervivencia: hemos dejado de matar a nuestros enemigos para comenzar a superarnos a nosotros mismos y a ellos en todos los aspectos de la vida, pues ahora el logro personal es lo indispensable para sobrevivir.
Nota del autor (por que las extrañaba)
Disculpen, en primer lugar, la tardanza de este capitulo. Estos últimos días tuve muchas cosas que hacer, principalmente estudiar para mi examen de la carrera, que aprobé satisfactoriamente n.n, y pues me la pasaba estudiando para pasarlo, por eso tarde tanto. También les pido disculpas si notan el mensaje de este capitulo un poco forzado. Es por lo mismo, pues en mi cabeza aun tengo un montón de cosas de historia y literatura O_o, y por eso no pude planearlo como lo esperaba. Pero ya que pase mi examen ya me puedo relajar más y proseguir.
En fin, en este capitulo hable sobre el logro personal y la importancia que tiene para cada persona. Todo el tiempo nos la pasamos retándonos para ver quien es el mejor en tal cosa, y eso nos hace sobrevivir en la vida actual, digo, moralmente. Esto no tiene solución, como en otros capítulos, pues el logro personal es algo natural. Necesitamos sentirnos superados, mejores que los demás.
En cuanto a la historia, con la salida de Gami entra un nuevo personaje que acompañará a Alex y a sus amigos a lo largo de su vida. Solo tendrá un papel importante en la historia, al igual que Rafa y Eduardo, si logro realizar un nuevo proyecto para reemplazar a este cuando llegue a su fin, que aun falta mucho. También vimos a un Frank que ya ha sido influenciado por la conducta criminal de Alfred jaja. El próximo capítulo seguirá justo donde este termino, no como una segunda parte, sino como un final del nuevo sueño de Frank, y que finalizará con algo que los impactara. Y sobre la participación de nuestro personaje misterioso, ya pronto sabrán algo de ellos. Estén atentos al próximo capítulo: Fantasmas del pasado, segunda parte.
Y como irme sin darle las gracias a mis lectores, que son el motor de todo escritor. No tendría ningún caso que estuviera escribiendo si ustedes no me leen, por eso les agradezco todo el tiempo que han pasado conmigo, más de un año atentos a la historia de Alfred y James. Muchas gracias
También les agradezco a mis amigos, que siempre han sido los pilares de mi vida, que con sus consejos, sus platicas, las risas y todo lo que he pasado con ellos, he descubierto algo mejor que la amistad: la hermandad. Muchas gracias a todos mis amigos, mis hermanos, mi segunda y más grande y bella familia.
Y sobretodo al amor de mi vida, mi lindo tigueshito James, mi cosita hermosa n.n que es el principal pilar de mi vida. Sin su apoyo, me derrumbaría y me destrozaría. Por eso amor, este capitulo, como todos, es para ti, como agradecimiento por seguir a mi lado, a pesar de los problemas, las discusiones, y todo el dolor que hemos sufrido, sigues a mi lado, por que esos dolorosos momentos son los que enlazan a los lindos y bellos momentos que tanto disfrutamos, por que con cada día que pasa nos damos cuenta de que tenemos algo más en común n.n y eso me hace tan feliz. Muchas gracias bebe, por todo tu apoyo, y por toda la vida que nos queda por delante juntos n.n TE AMO!!!