"¿Oh, estrenas camisa?" (Spanish Edition)
"¿Oh, estrenas camisa?"
Escrito por grrside
"Oh, ¿estrenando camisa?"
No pude evitar tragar saliva en un impulso nervioso. Todos estos años trabajando en la oficina y mi compañero decide fijarse en la ropa que llevo...¿Precisamente hoy?
"Je, ¿te has dado cuenta?" Le contesté con mi mejor sonrisa. "Sí...La acabo de comprar."
"¿En qué tienda?"
"...Umm...No estoy seguro, usé uno de esos buscadores online que te buscan la mejor oferta y no me fijé muy bien..."
"Pues te queda fenomenal...¡Podría decirse que tu sentido de la moda me ha dejado a cuadros!"
Cómo no, mi compañero no podía resistirse a hacer ese chiste fácil ya que mi camisa tenía un patrón de cuadros azules.
"No, en serio, me gusta, es clásico pero informal a la vez." Cuando mi compañero dijo eso, sentí un pequeño hormigueo...Mierda, mi camisa otra vez me estaba apretando demasiado...Por un momento creí que uno de sus botones iba a saltar por los aires. Quería cambiar de tema para no llamar tanto la atención a ella, pero por desgracia mi compañero agarró una de sus mangas.
"El tacto es suave, debe de ser muy cómoda."
Justo lo que faltaba. Empecé a notar algo clavándose en la parte inferior de mi espalda, y picaba horrores. Joder, otra vez no...Le dí un leve pellizco a mi camisa, pero el picor no cesaba. No pude resistirme mucho más y empecé a rascarme la espalda con fuerza.
"¿Pasa algo, tienes un bicho encima?"
"No, es la etiqueta de la camisa...La verdad es que incordia mucho, pica que no veas." Dije mientras me rascaba.
"¿Quieres que vaya a por unas tijeras y la corte en un momento? Dame un minuto..." En cuanto mi compañero dijo eso, el picor cesó repentinamente y mi camisa empezó a apretarme con aún más fuerza.
"Mejor no, no vaya a ser que me olvide de que no puedo sacarla en la secadora". Por fortuna, mi camisa dejó de apretarme tanto y pude volver a respirar con normalidad.
"Tú mismo. Suerte con el informe."
"Gracias, a ver si lo termino de una vez..." Le dije a mí compañero mientras se marchaba. No estaba exagerando cuando decía eso, de verdad que quería terminar de escribir el maldito informe, ¡pero mi camisa no paraba de estorbarme! Así no voy a acabar nunca...¡Sé acabó! Apagué el monitor y abandoné mi cubículo mientras le dije a los demás que tenía que ir al excusado. Cuando entré en el baño, me aseguré de que la puerta estaba cerrada y, cegado con ira, desabroché los botones de mi camisa y la tiré al suelo.
"¡¿Qué demonios pasa contigo?! Sabías que tenía que entregar ese informe hoy, pero tú tenías que estar tan empeñado en que te llevara puesto...¡Prometiste que te estarías quieto como una buena camisa, y no paras de emocionarte y ponerte tenso cada dos por tres!" Grité a la dichosa prenda.
A cualquier otra persona le hubiera dado un ataque cuando las mangas de la camisa empezaron a moverse por sí solas y, costándole lo suyo, la camisa se levantó del suelo. El cuello sin cabeza se miró el "cuerpo", y usó sus mangas para quitarse el polvo de encima y desarrugarse. Luego se giró en mi dirección, y una voz incorpórea procedente de su cuello empezó a quejarse...
"Jó...Pero...¡No podía quedarme en casa con esta pinta! ¿Y si la señora de la limpieza entra en el apartamento y me pone en la cesta de la colada?"
"Checkers", ése es el mote que mi compañero de piso se puso cariñosamente a sí mismo, una referencia al patrón de cuadros azules que cubría su tela. Por supuesto, a nadie en su sano juicio se le ocurriría compartir un piso con una prenda viviente. Pero cuando le conocí, parecía una persona completamente normal. Pero una fatídica noche de luna llena escuché unos gemidos provenientes de su habitación. Llamé a su puerta para preguntarle si todo iba bien, pero él dijo que se encontraba perfectamente y que "por lo que más quieras...¡Ni se te ocurra abrir la puerta!" Pensé que simplemente se estaría masturbando, así que abrí la puerta para darle un susto...Pero no había nadie en su habitación, que estaba hecha un asco con toda la ropa tirada de por medio. Por supuesto cuando ví una camisa azul entre toda la ropa levantarse y decirme como si nada "¿Ves? ¡Estoy perfectamente!" casi me desmayé. Cuando se dió cuenta de mi estado de shock, añadió "Oh, mierda...No me digas que ya me he transformado...Debería haberme quedado quieto y fingir que era una de mis camisas...Ahora no me queda más remedio que contártelo todo..."
Resultaba que mi compañero de piso era un hombre camisa. Cuando era más joven, se compró una lujosisima chaqueta de cuero a un precio de risa. Pero resultó ser una estafa. El vendedor era la propia mercancía. Se subastaba a sí mismo en eBay, se vendía al mejor postor, y una vez entregado a su nuevo "dueño" al llegar la noche se escapaba. Al día siguiente, desde la comodidad de su casa, le diría al comprador "Lo siento, una vez que se ha entregado la mercancía no me hago responsable de su robo" y acto seguido se subastaría de nuevo. Mi compañero de piso fue una de sus víctimas. Pero después de que el estafador fuera enviado a la puerta de su casa y desempaquetado, a mi compañero de piso se le derramó su café encima de su nueva compra.
"¡Mierda! Bueno, nada que la lavandería no pueda arreglar. Y apenas pagué por ella la mitad de su valor real de todas formas."
"¿Nada que la lavandería no pueda arreglar? ¡¿NADA QUE LA LAVANDERÍA NO PUEDA ARREGLAR...?!
Mi compañero de piso se quedó perplejo, ¿quién hablaba?
De repente, la chaqueta arruinada se abalanzó sobre él e intentó estrangularle con sus mangas.
"¡Se supone que debes tratar a prendas de mi categoría con respeto! ¿¡Acaso no sabes la de veces que me voy a tener que bañar para quitarme esta porquería de encima?!"
"Estás...¡¿Viva?! ¿Por casualidad eres...un fantasma?"
"¡Los fantasmas no existen, cabrón! Soy un hombre-prenda, seguramente habrás oído hablar de alguna leyenda urbana sobre nosotros, pues...¡Somos reales!" dijo con orgullo la chaqueta de cuero.
"¿Hombres-prenda? Suena lo más ridículo que he oído en mi vida, y eso que he leído todo tipo de conspiraciones absurdas en internet..." contestó sin terminar de creérselo.
"¿Ridículo?" La chaqueta parecía cabreada de verdad. "¡Por culpa de gente como tú nuestra raza tiene que ocultarse! Oh, pero no te preocupes...Tendrás mucho tiempo para familiarizarte sobre nuestra especie...¡Durante el resto de tu vida!..." La chaqueta de repente dejó de forcejear con él y escapó de la casa por una ventana abierta. Mientras usaba sus mangas como piernas para correr, la chaqueta se transformó en un hombre desnudo, y no le volvió a ver nunca más.
"Debo de ser alérgico al cuero o algo así, estoy alucinando..." Pensó mi compañero de piso. Luego se dió cuenta de que su mano estaba sangrando, probablemente en el forcejeo con la chaqueta se debía de haber cortado con su cremallera. "Prendas parlantes...Qué cosa tan absurda...Me pondré un poco de pomada en la herida y a olvidarme de esto".
La siguiente noche de luna llena, se despertó de un agitado sueño y se encontró con que se había transformado en un artículo de ropa de estilo clásico, pero informal.
"...Y ya sabes que últimamente me cuesta más volver a mi forma humana..." Se quejaba ante mí la camisa tirada en el suelo.
"Más razón para quedarte a salvo en casa..." le contesté.
"Pero quería sentirme útil...Aunque sólo fuese por un día...Estoy tan decaído que no puedo relajarme...Quizá esa es la razón por la que no puedo volver a ser humano..." Checkers sonaba bastante deprimido.
"Si quieres sentirte útil, intenta al menos parecer una camisa normal. Te emocionas constantemente y no paras de apretarme".
"Lo siento, es que...Bueno, es la primera vez que alguien hablaba sobre mí en forma de camisa..." Checkers sonaba avergonzado pero excitado. "Y hasta...Me tocó..." Noté algo sobresaliendo de la parte inferior de Checkers. "¿Crees que...Le gusto?"
"Le gustaría tener una camisa *como* tú, no *tú*. Seguro que no eres ni de su talla...¿¡Eh...Q-qué haces?!"
Las mangas de la camisa estaban frotando con ímpetu su larga etiqueta de "No lavar en secadora".
"Oh...Me gustaría que me llevara puesto...Mientras me dice..."Oh, Checkers, eres tan suave y cómodo, me gustaría llevarte puesto por siem-.."
Le dí una patada a la camisa viviente, que se estrelló contra la pared.
"¡Augh! ¿A qué venía eso? Estaba a punto de-"
"Estabas tocándote tu etiqueta, que es un trozo de papel, ¡es imposible que estuvieras "apunto de" nada!"
"Pero no lo entiendes, este trozo de papel, lo siento como si fuera mi-"
"¡No quiero oírlo!" En realidad ya había adivinado qué parte de su cuerpo era esa etiqueta...Pero no quería admitirme a mí mismo que esa cosa que había estado rozándome la parte inferior de la espalda, peligrosamente cerca de mi trasero, se trataba de...¡Puaj!
"De todos modos, no puedo trabajar con sin camiseta, así que voy a tener que llevarte puesto..."
La camisa levantó sus mangas en una pose de victoria. "¡Genial!"
"...PERO con una condición. Quédate quieto, nada de apretones, y por lo que más quieras, ¡intenta NO excitarte!"
La camisa asentó con su cuello. La recogí y estaba a punto de ponerme a Checkers otra vez cuando me confesó...
"¿Sabes? Creo que podría acostumbrarme a abrazar tu torso..."
"Lo siento, los tíos no me van."
"¿Entonces prefieres la ropa de chica? Y si te busco una "vestida" rosa...¿Te la pondrías todos los días? Jeje..."
Suspiré frustrado...Nunca me había hecho mucha gracia el sentido de humor de Checkers, aunque debo de admitir que ya había pensado antes en la posible existencia de chicas-prenda.
"No, pero de verdad, me alegro de tener un compañero de piso con una mente tan abierta como la tuya, seguro que podré volver a mi forma humana pronto. O al menos, hasta la próxima luna llena, ya sabes que esos días del mes siempre me pongo muy irritable y sensible. Y ya sabes que-"
Terminé de ponerme a Checkers y su voz se ahogó con mi cuello. Esto era lo que más me gustaba de Checkers, da igual lo insoportable que esté, esto siempre lo calla. Salí del cuarto de baño y estaba a punto de volver a sentarme en un escritorio cuando el compañero de trabajo de antes se me acercó y me dió un par de palmaditas en el hombro.
"Hombre, has tardado lo tuyo ahí dentro, ¿eh?"
Empecé a notar algo pinchándome en la parte inferior de la espalda.
Tuve la sensación de que iba a ser un día de trabajo muy largo.
FIN